Una cuestionada y opaca decisión
SD.-Que las relaciones institucionales entre sindicatos policiales y el equipo de gobierno nunca han sido buenas es algo que a nadie se le escapa. No lo fueron con Víctor Mora ni lo son ahora con Milagrosa Gordillo, delegados, ambos, de seguridad ciudadana.
La nota de prensa emitida por el equipo de gobierno de estos desencuentros en Semana Santa con sindicalistas de de la Policía Local, solo denota una desmesurada intención de desviar los verdaderos problemas de la Policía Local en infraestructuras y nuevas tecnologías para la seguridad ciudadana y la de los propios policías de la ciudad, así como carencias tan graves como las luces de emergencia en los coches patrullas y móviles para comunicarse con la central u otros cuerpos de policías como la policía nacional o la Guardia Civil, y lo hacen, -el equipo de gobierno- señalando a los profesionales de la policía como los responsables de que los beneficios sociales o económicos que se preveen en la ciudad en Semana Santa, no sean los esperados por la negativa de la policía a hacer servicios extraordinarios, demonizando a “unos pocos” de la eventual incidencia, que se ha subsanado convocando, de nuevo, a la Junta de Seguridad para parchear los huecos de servicios a los que la policía se niega.
La convocatoria por urgencia de la Junta de Seguridad se ha hecho sin atender, previamente, la petición del Sindicato Independiente de dialogar, que no imponer, sus reivindicaciones laborales.
No es muy ético que los políticos que gobiernan una ciudad, azucen a los ciudadanos contra un colectivo por el poco interés de éstos en la defensa de los intereses de la Sanlúcar, obviando, cuando no negando, el derecho de los propios trabajadores a hacer las reivindicaciones que crean oportunas en defensa de sus propios intereses. Se aprovecha la calamitosa situación del erario público, que no han provocado los trabajadores, para justificar los mensajes de reproche a estos funcionarios y lo que es peor, como afirma el SUP, enfrentar a compañeros de los distintos cuerpos de seguridad.
La ciudadanía está siendo violentada día a día con inequívocos mensajes sobre la maldad de instituciones o colectivos en sus reinvicaciones en tiempos de crisis cuando millones de trabajadores están sin un mendrugo de pan que llevarse a la boca y otros millones están viendo reducidos o aniquilados sus derechos con criminales recortes que sirven para asegurar a la banca y el retorno de la confianza de los inversores para seguir extorsionando y sangrando más al Estado y a sus finanzas.
No es un privilegio tener un trabajo cuando millones no lo tienen pero si es una vergüenza atacar inmisericordemente a todos los que aún sostienen la economía de este país por el mero hecho de poder trabajar.
Todos los políticos de este ayuntamiento han dicho alguna vez con la boca chica sentirse rehenes de ciertos colectivos sindicales, principalmente en fechas señaladas en la ciudad, pero solo se remiten a sus inmaculadas notas de prensa para informar a la opinión pública sanluqueña del poco interés de algunos para defender los intereses de la ciudad, sin citar cuales son los motivos que les llevan a esas afirmaciones.
Con estas políticas de enfrentamiento entre los que trabajan y los parados, el poder justifica los desmanes, el autoritarismo, la represión a cualquier a colectivo social crítico, el desfalco a las arcas del pueblo por los corruptos, el control absoluto de una población inerme para la lucha, desmotivada, desesperada y desesperanzada a la que solo le queda la libertad de comprar, vaselina, mucha vaselina.
