La marca España solo la oscurecen las continuas vejaciones a los españoles y no la imputación a una presunta delincuente azul
SD.-Creíamos que se había llegado ya al límite del paroxismo político con los exabruptos de la clase política para justificar acciones que denotan, en este caso, una evidente voluntad de entorpecer la acción judicial que se está llevando a cabo por el juez Castro contra miembros de la casa real y que desde hace meses apuntaban a la responsabilidad de la infanta Cristina en el caso Noos.
Que la propia Fiscalía impugne la imputación a la hija del jefe del estado y que el gobierno se pronuncie a favor de la marca España para proteger a la realeza, es otro síntoma del autismo político del gobierno de España y del PP, silenciosos, en cambio, para explicarle a los españoles los presuntos casos de corrupción en sus filas o las amistades de sus dirigentes con narcotraficante encarcelado, sin olvidar los intentos de algunos para amordazar la libertad de expresión acercándonos cada vez más a un estado policial.
El gobierno de España debería de estar preocupado por la marca España si ésta tuviese algo por lo que mereciera la pena preocuparse, pero llega tarde Mariano Rajoy y su Gobierno en sus cuitas por la imagen de España.
La imagen del país ya está destrozada, echa unos zorros por los robos y corrupciones de la clase política, unos y otros, la prepotencia de la banca, los más de cinco millones de parados, los diez millones de españoles en el umbral de la pobreza, los miles de millones en recortes al estado del bienestar para salvar a la banca, los suicidios y los miles de desahucios, el hartazgo de los Gürtel, EREs , papeles de Bárcenas, presunta financiación ilegal de partidos, millones para formación a empresas cercanas a un partido que no se pueden justificar, sindicalistas con fortunas millonarias, caídas regias en países lejanos para matar elefantes bien acompañado por tudescas princesas, cuentas bancarias en Suiza , etc. y si bien en el caso de Andalucía ya algunos están entre rejas, en el Gúrtel el único condenado es un tal Baltasar Garzón en cuanto al señor Bárcenas, mejor ni mencionarlo, la estrategia para hacer olvidar a los españoles de las inevitables y concluyentes responsabilidades del PP en este asunto.
Pero para el Gobierno de la nación nada de esto importa, incide, refleja, influye, denosta, denigra, perjudica a la imagen ESPAÑA, pero sí la imputación de una infanta que, como su padre, se creía inmune a los brazos de la ley, poniendo su cara y su nombre para que su esposo hiciera redondos negocios en una institución sin animo de lucro a la que le arrimaron todo lo que fuera necesario, principalmente desde gobiernos regionales del PP, para poder realizar tan encomiable y altruista actitud con los más desfavorecidos.
A todo esto la oposición liderada por el PSOE pide, que no exige, a la casa real que sea neutral en sus declaraciones, el heredero de la corona le echa flores a los jueces pero les recuerda cuales son, -¿no lo sabrán ellos?- los ejes sobre los que gira la Justicia y el señor diputado Martínez Pujalte (PP) ve más protagonismo, en todo este asunto, del juez instructor, que la búsqueda de la verdad. Parece que cuando el Rey dijo que la Justicia era igual para todos, NO se refería a él mismo o su familia.
Ni España ni los españoles están ya para marcas, casas reales ni pantomimas judiciales de la Fiscalía para sacarle las castaña del fuego a nadie, más bien la ciudadanía está cada vez más predispuesta a que los culpables paguen los daños, y lo harán de una manera u otra porque lo que falta en las universidades, hospitales, ayudas sociales, etc. están en muchas cuentas ocultas en paraísos fiscales que han atrasado el reloj de los españoles más de treinta años de progreso y bienestar.
Si a los jueces se les impide accionar la válvula de seguridad de la olla a presión, ésta reventará y los daños al actual sistema político de convivencia serán de un alcance difícil de cuantificar.
