Escalada armamentista

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) considera inadmisible que se utilice como excusa la situación de paro y precariedad laboral de miles de gaditanos y gaditanas para sumarse a la escalada armamentista. El deterioro laboral y social que desde años se viene produciendo en Andalucía, y en concreto en la Bahía de Cádiz, exige otras medidas de reactivación del empleo que sean capaces de levantar las bolsas crecientes de pobreza y marginación en esta provincia.
Ante esta excusa de impacto socioeconómico utilizada por el Gobierno, la APDHA considera que es más que dudoso que realmente se generen tales empleos o que sean sostenibles en el tiempo. Pero sobre todo, desde el punto de vista ético y moral, resulta más que cuestionable una decisión que pone nuestro país a la cabeza del rearme a escala mundial.

Por el contrario, deberíamos caminar hacia una seguridad compartida que permitiera la eliminación y destrucción ecológica de las armas de destrucción masiva atómicas, biológicas o químicas (ABQ). Desde el punto de vista de la defensa de los derechos humanos es una vergüenza que se destinen todos esos recursos económicos y tecnológicos para preparar la guerra, en vez de destinarlo a los Objetivos del Milenio, entre ellos acabar con el hambre y la pobreza de cientos de millones de personas en el mundo.

Se trata así de un importante paso atrás, dando un salto en la carrera armamentista en vez de en la carrera hacia el desarme. Un paso además que viola una vez más lo que decidió el pueblo español en referéndum en 1986 e incluso el Tratado Bilateral con EE.UU. No tiene lógica que un acuerdo de esta importancia se realice con un gobierno en funciones y con las Cortes disueltas, impidiendo el debate político y acentuando una vez más las críticas que llevamos tiempo haciendo -y que está realizando el movimiento 15M- en relación a nuestra calidad y transparencia democrática.

Desde la APDHA creemos que, frente a esta escalada, para reducir el gasto y el déficit sería imprescindible un recorte de gastos militares y no, como está sucediendo con consecuencias dramáticas para millones de personas, un recorte de los gastos sociales.