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28 de Febrero de 2012
Mi Manifiesto del 28F
J.M.V.M.-Hace unos días visionaba por internet un documental realizado por Canal Sur sobre la vida y obra de Blas Infante conmemorando el 125º aniversario de su nacimiento, cuando después de discrepar bastante con muchas de las opiniones de las personas que en ese documental intervenían (en su mayoría políticos de partidos estadistas de izquierdas y derechas) me planteé una serie de cuestiones que de verdad me hubiera gustado me las respondiera el mismo Blas. 
Si alguien ha leído la obra de Blas Infante y ya no sólo eso, sino que además se haya molestado en interpretar y entender su pensamiento contextualizándolo en el periodo histórico en el que se desarrolló, habrá observado que ese mismo pensamiento se ha ido diluyendo a lo largo del tiempo hasta convertirse en el espejismo de lo que realmente fue. A día de hoy el Andalucismo está contaminado de males ajenos, viciado de estereotipos trasnochados y corrompido de contenidos vacíos. Personalmente me asquea.
 
Tras la dictadura del franquismo, que tanto y tan bien consiguió ahogar y apagar los fuegos de los regionalismos que se consolidaban en la península ibérica a principios del S. XX, el principio de la democracia con su “emblemática, ejemplar y magnífica” transición sólo trajo la manipulación del ansia y los anhelos de libertad del Pueblo Andaluz de la mano de la tergiversación de los ideales y las palabras del ideólogo y padre del Andalucismo.
 
Me reafirmo en esta interpretación de la realidad social y política post dictatorial con la usurpación que se hizo de los ideales “andaluces” por parte de partidos políticos como el PSOE, el PCE y de sus sindicatos adoctrinados. Se hizo gala y se defendió un principio de autonomía que ni por asomo se asemejaba al defendido por Blas Infante en sus manifiestos. Estos partidos se apropiaron del traje del Nacionalismo Andaluz y lo reconfeccionaron con arreglos que poco o nada tendrían que ver con la concepción original del mismo. De esta guisa hemos llegado a donde estamos hoy.
 
Partidos como el PSA tras la transición y luego el PA defraudaron, con el paso del tiempo y ya de por sí al principio de esa etapa, a esa gran masa de Andaluces que mamaron las tesis de Blas Infante y que llevaban décadas esperando el resurgir de su pueblo como una Nación Independiente dentro del marco de convivencia con las demás nacionalidades del territorio ibérico, pueblos de Europa y el resto del mundo. Se presentó al Andalucismo como una idea a medio caballo entre un regionalismo convencional obsoleto, de segunda clase, aislado y diferenciado de los otros nacionalismos existentes por la principal seña de identidad de la que hacían gala: el idioma propio.
 
La idea que se mostró del Andalucismo fue la de una reivindicación exclusiva del campesinado. Se veía a Andalucía como la parte de España de los jornaleros, el granero de la nación. Sin tener en cuenta que la reivindicación de un pueblo iba más allá de la sempiterna lucha por la tierra como medio de producción. Sin duda esta era la base, pero no el trasfondo. Aquí de nuevo el PSOE jugó muy bien sus cartas apropiándose de símbolos y reivindicaciones que disfrazaron y manipularon para confundir a un recién nacido pueblo andaluz de acuerdo a sus intereses partidistas. Hicieron partícipes de las reivindicaciones de un partido a un pueblo que aspiraba a más dadas las circunstancias y el contexto en el que se desarrollaron los acontecimientos sociopolíticos del momento. Andalucía quería la autodeterminación y la autonomía propia e independiente para ser dueña de su propio destino. Una Andalucía guiada por y para los Andaluces. La creación de un verdadero Estado Andaluz.
 
Esa apropiación indebida que se hizo del Andalucismo por parte de los partidos políticos de ámbito estatal contaminó la idea pura del ideal de Blas Infante. La no defensa de estos ideales ha conducido al panorama actual. Un panorama donde el próximo 25M pagaremos esa intoxicación masiva y continuada de cicuta que está dirigiendo al Andalucismo y a la Andalucía actual a una muerte lenta cuando menos extraña, a un colapso propio de la ignorancia inculcada y del abuso que se ha hecho de un ideal arrebatado y utilizado por otros para intereses políticos propios.
 
Lo peor vino en lo que pudo ser el inicio de un paso previo para la autodeterminación de una nación y se va a convertir en el triunfo del peor de los temores, la invasión de las hordas del centralismo estatal de manos del PP. Volveremos a ser una vez más la despensa y cortijo que alimenta las arcas de este glorioso Estado ahora más que nunca para alegría de algunos triunfalistas y desgracia de los Andaluces. Seguirán esquilmando nuestros recursos, explotando nuestra mano de obra y achacando los males de Andalucía a los mismos andaluces. Ironías de la vida somos causa y efecto de nuestros males pero nunca el remedio. Hasta ahí ha llegado la ignorancia y el menosprecio hacia el Pueblo Andaluz por parte del gobierno central. Sólo la llegada mesiánica del PP en las próximas elecciones salvará a Andalucía de la tiranía del PSOE y ostracismo en el que vivía…La nueva Andalucía nacerá del Km. 0 de la Puerta del Sol…¿Este es el nuevo andalucismo que se nos avecina? Para algunos sí y para ciertos “andaluces” que lo apoyan también.
 
Si los andaluces no luchamos por nuestra tierra ni despreciamos las migajas que nos lanzan desde Madrid, tendremos lo que nos merecemos. Esto sólo es el principio. Trozo a trozo irán desmembrando nuestra tierra como hicieron antaño en tiempos del franquismo. El poderoso será más poderoso y el pobre ya no tendrá derecho ni a existir. Casi 100 años desde la muerte de Blas Infante han pasado y nada ha cambiado, todo sigue igual. La tierra sigue perteneciendo a unos cuantos “afortunados” y el sector primario es ignorado por Europa y por las instituciones nacionales. ¿Tenemos un tejido industrial firme y competitivo? Por favor que alguien me diga dónde está que no lo ubico en ninguna de nuestras 8 provincias. Pero eso sí, seguiremos invirtiendo en turismo, en panderetas y charangas, en ferias y manifestaciones religiosas que no nos ayudarán a progresar como Nación pero que al menos nos tendrán ocupados y nos harán pasar nuestra existencia sumergidos en el opio del carpe diem…pero, ¿y la Cultura, la Educación, la Sanidad, la I+D? Eso no interesa.
 
Me alegro por aquellos que quieran celebrar el 28F, son aquellos que bajo mi punto de vista se conforman con “esas migajas” que recibieron de algunos; aquellos que estuvieron, están y estarán satisfechos con el pan para hoy y el hambre para mañana. Me alegro por ellos porque sus inquietudes están calmadas y su hambre intelectual saciada. Yo seguiré celebrando el día de Andalucía el 10 de agosto. Ese día hace ya casi 76 años se plantó la semilla del ideal de una Nación con la vida de un hombre que amó y luchó por Andalucía como hasta día de hoy nadie lo ha hecho aún. La semilla no ha germinado pero germinará.
 
¡ VIVA ANDALUCÍA LIBRE ! Los Pueblos y la Humanidad.
 
 
 
 

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