Afirmaciones xenófobas, populistas y excluyentes no tienen cabida en el debate político sanluqueño
SD.-Se afirmaba de los soldados españoles, en sus cartillas militares, que el valor “ se le presupone” y no es menos cierto que a la mayoría de los políticos de nuestra ciudad también se le presuponen, entre otras cosas, cuando comienza su andadura política, los valores democráticas aprendidos después de tantos, suficientes, años de democracia.
Desde luego, en esta patulea de mal avenidos políticos, los que nos desgobiernan – es nuestro deseo que el señor Zarazaga no nos denuncie por tan insignificante plagio- y los que no, se encuentra la popular Ana Mestre.
A estas alturas, a nadie se le escapa que la candidata a la alcaldía de Sanlúcar fue impuesta por el provincial para atajar una supuesta inactividad en la gestión del anterior presidente del PP Miguel Ángel Lara, que fue elegido democráticamente por la mayoría de las bases del principal partido de la oposición, siempre alternativa de poder en este bipartidismo al que los españoles ya empiezan a darles la espalda y en Sanlúcar no iba a ser menos. Pintan bastos para el PP de Sanlúcar con la actual política de reformas y recortes del gobierno central que ha hecho retroceder a España y a los españoles decenas de años en el estado del bienestar, más unas tasas de desempleo inasumibles, entre otras tantas carencias, pasarán factura en las municipales y Ana Mestre, desde luego, está ahí para que la derrota electoral duela lo menos posible.
Pero con derrota o no, estamos ya convencidos que la popular está trabajando de lo lindo para demostrar que en Cádiz no se equivocaron en la elección de esta parlamentaria andaluza para desbancar de la Cuesta de Belén al PSOE.
El cruce de acusaciones entre populares y equipo de gobierno sobre el canon que la Sociedad Carreras de caballos deberá pagar a Costas por el uso del suelo público-marítimo, está dando rienda sueltas a algunos para que el populismo más rancio, cuando no un tufillo xenófobo se cuelen en sus declaraciones al referirse a la joven jerezana. Porque, sí, Ana Mestre es jerezana, de ahí al lado, de la ciudad hermana de Jerez de la Frontera y eso no gusta a muchos, que sin más argumentos que es “foránea” (el entrecomillado no es de SD) quieren contrarrestar las opiniones políticas de la candidata popular en este asunto del canon por uso del espacio público marítimo de la Sdad. De Carreras de caballos.
Pero no ha sido solo Ramón Rodríguez, el concejal que hace esa afirmación, el único que se ha mostrado así de contrariado por el hecho que una jerezana, solo por serlo, opte por presentarse a la alcaldía de Sanlúcar, pues ya en la polémica surgida a raíz de una publicación en un periódico local de un artículo de Vicente Ramírez, algunos ciudadanos, profesores de un instituto de Sanlúcar, lo tildaron de plagio y algo más.
Es verdad que el delegado de igualdad se disculpó pero no consideró otras opciones políticas, su dimisión, para satisfacer las demandas de nadie. Sin embargo, en su disertación sobre los hechos, que igualmente relató en exclusiva a ese periódico local, también este concejal mostró su enfado acusando a varias personas y un medio digital que estuvo presto a difundir un artículo acusatorio. En su entrevista en Sanlúcar Información, cuando se refería a algunos profesores de institutos, afirmaba que no eran “ni siquiera de Sanlúcar” lo que nos hace pensar que para el concejal-delegado, la valía de los acusadores no estaba garantizada con una pátina del terruño de esta ciudad de Sanlúcar y como se afirmaba en algún libro de texto escolar de una autonomía independista, ellos, los profesores, al igual que el Ebro, habían nacido en “tierras extrañas” . Ni siquiera se les garantizó, con esa errada y desconcertante – por venir de quien venía- afirmación, que el valor se les presuponía vinieran de donde vinieran.
La señora Mestre es jerezana y el valor se le presupone venga de donde venga, para ser candidata a la alcaldía de Sanlúcar. A los ciudadanos les interesará, si así lo deciden en las urnas, quien gestione mejor los intereses de Sanlúcar y gobierne para todos. El uso de populismos filo xenófobos puede estallarle en las manos a quien irresponsablemente agita ideas excluyentes por lugar de nacimiento ignorando u olvidando enunciados constitucionales y en cualquier caso seria muy provechoso, para los que olvidan estos principios elementales de convivencia democrática en libertad, hacerse eco del latinajo “Patria mea totus hic mundus est”.
Nacer sanluqueño solo garantiza el orgullo de serlo, nunca ser mejor que los demás.
