Botellona móvil carnavalera

SD.-Vaya por delante que con los tiempos que corren ni el ayuntamiento ni los particulares están para tirar cohetes, pero es precisamente esa fantasía la que en detrimento del dinero podría sustituir las esperpénticas carrozas particulares que ayer vimos a su paso por la Calle Ancha. El paso de las carrozas se hacia interminable en una calle Ancha, que si bien en algunos puntos mostraba un gran densidad de público, en otros, en cambio, denotaba, o bien el poco interés que cada vez despierta este desfile, o las deshoras de la noche y el cierre de cafeterías ahuyentaron a los sanluqueños, amén que al menos unos dos mil ya formaban parte de esa estela de ruido, que no música, que ayer paseó por las principales calles de la ciudad. Si exceptuamos la banda de música que abría la Cabalgata, lo demás fueron intentos burdos para acompañar y acompasar los movimientos de los componentes de las diferentes asociaciones de amigos que este año han querido celebrar juntos el Carnaval.

De otro lado, la imagen de la botellota móvil ( FOTOS)sigue siendo muy poco edificante si se tiene en cuenta que muchísimos niños fueron testigos y aprendices para perpetuar en el futuro lo que no se debe de hacer en una cabalgata de Carnaval. El alcohol, salvo alguna digna mención, justificada por la corta edad de los componentes de alguna carroza, estaba presente en casi la totalidad de las carrozas que arrastraban los espiritosos en diversos y variados artilugios en los que se disimulaba el contenido de éstos, una discreción que se hacia pedazos con solo mirar a la peña con sus tubos en mano mientras gesticulaban torpemente con sus cuerpos el rítmo de la música que sonaba en ese momento.

La diversión y el Carnaval, -solo exponemos lo visto en la Calle Ancha-, no pueden justificar conductas que induzcan al consumo de alcohol con el beneplácito de los que sueltan los lastres de sus responsabilidades obviando las ordenanzas municipales, ni dar patente de corso a vándalos que ensucian el mobiliario y los edificios públicos o particulares con la seguridad que da la confianza de no ser sancionados.

Si los bares cierran al paso de la Cabalgata, si las columunas o paredes de edificios se cubren con papel para no ser grafitadas, si la fuente de la Plaza del Cabildo se blinda para evitar destrozos, ....entonces alguien no está haciendo bien su trabajo, lo que redunda en el creciente malestar de parte de la población, -la que se quiere divertir de verdad cumpliendo con sus deberes cívicos-, y el incremento de los que se encuentran como peces en el agua en una ciudad en la que en determinados días del año se tiene licencia para casi todo y la impunidad que lo garantice.