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Conferencia “Historia del Convento de Las Descalzas de Sanlúcar de Barrameda”
Don Manuel Romero Tallafigo, catedrático emérito de Ciencias y Técnicas Historiográficas en la Universidad Hispalense, impartió el pasado sábado 17 de enero, en el convento de las Descalzas , una amena e interesante conferencia sobre la llegada a Sanlúcar de Barrameda de las hijas de Santa teresa de Jesús a mediados del siglo XVII. Tal como él documentó magníficamente, fueron años en que las enormes dificultades para fundar un nuevo monasterio en la ciudad, se solucionaron por la ayuda que el pueblo en sus distintos estamentos prestó. De ese modo la heráldica del monasterio –exclusivamente aparece el bello escudo del Carmelo como único presente en el convento- demuestra que la casa de Medina Sidonia no patrocinó como tal la fundación, a diferencia de otros muchos conventos que ocupaban una parte importante del casco urbano de Sanlúcar.
El profesor Romero Tallafigo destacó el origen bíblico del Carmelo, manifiesto en la presencia en el retablo del altar mayor del convento de dos grandes profetas: Elías y Eliseo. El Carmelo lleva a gala ser la orden religiosa más antigua de la Iglesia.
Teresa, una mujer santa y sabia, plasmó en sus Constituciones el espíritu de la orden, materializado en el magnífico convento sanluqueño, rico en su iglesia y en las imágenes que llenan su austera clausura. La carta-reliquia de Santa Teresa, como don Manuel llama a la que se conserva en una celda, salió del coro a la iglesia en la voz de una monja, pues el monasterio sigue vivo tres siglos y medio después de la accidentada llegada a Sanlúcar de las descalzas. El pueblo de Sanlúcar –manifestó el conferenciante- ha mostrado siempre su agradecimiento a la presencia de las monjas, por la luz que ellas derraman sobre la ciudad con su oración, su ejemplo y su laboriosidad.
La conferencia –seguida con gran atención por el numeroso público asistente- es uno más de los actos que la comisión del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús ha organizado. Nuestra felicitación por la colaboración desinteresada y entusiasta de sus miembros y, en esta ocasión, a don Manuel Romero Tallafigo por su docta y atractiva conferencia.
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