El Pleno visto por SD

Este viernes se celebró un  Pleno extraordinario en el que Irene García renunció a la alcaldía de la ciudad

El pueblo de Sanlúcar, hastiado de políticos y de crisis, pasa, totalmente, de asistir al Pleno extraordinario en el que la alcaldesa deja las riendas de la ciudad a su segundo Víctor Mora.

El Pleno, que empezó al mediodía, con el único punto del día, la renuncia de Irene García de sus responsabilidades como regidora de Sanlúcar de Barrameda, se desarrolló dentro de los cauces normales de otro Pleno a lo largo del año.

Se aprobó en primer lugar, y por unanimidad, la urgencia de la convocatoria y seguidamente se dio la palabra a cada uno de los portavoces de todos los grupos.

Fue  Antonio Prats quien de manera pausada, sosegada pero firme, no muy habitual en sus intervenciones, desgranó los proyectos que Irene García deja sin realizar en Sanlúcar. Antes, e irónicamente, agradeció la presencia de las cámaras de la TV pública, que esta vez sí, acudió al Pleno para grabarlo íntegramente.

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Así, se refirió el portavoz andalucista a todas esas promesas incumplidas de Irene García y su socio Juan Marín. como el puerto deportivo, prolongación del paseo marítimo, plaza de abastos, polígonos industriales, accesos a la ciudad por Chillona, Trebujena, Puerto de Santa María, traslado de la Feria, traslado de la depuradora, residencia de ancianos, convenios firmados y no realizados, tanto con la Junta como con el gobierno central; ejemplo la rehabilitación del Palacio Municipal,  etc.

La alcaldesa agradeció sus palabras y “sobre todo el tono” del andalucista.

 

En representación del CIS tomó la palabra Elena Sumariva, quién disculpó la ausencia de Juan Marín. Se refirió Sumariva a la dureza de estos años, casi dramáticos, en los que el grupo independiente se ha mantenido fiel al pacto con el PSOE porque era lo mejor para Sanlúcar.

 

En tono muy admonitorio y crítico empezó su turno el representante de Izquierda Unida, Cristian Sánchez, quien acusó a la alcaldesa de abandonar el barco cuando se hunde, además de hacer políticas de derecha con la privatización del agua, entre otras cosas, la recalificación de los terrenos en Carranza, o la futilidad de la GMU. Para IU, la alcaldesa ha preferido huir de Sanlúcar.

 

El portavoz del PP, Juan José Marmolejo, agradeció primeramente el trabajo y la dedicación de Irene García a Sanlúcar.

En el terreno político, dijo, que la alcaldesa prefería dedicarse a su partido y  recuperar la diputación Provincial de Cádiz. Sin embargo, consideraba el popular que, la decisión de marcharse ha sido tarde para los sanluqueños y recordaba el que Irene García había dicho alguna vez que “venía a la política para transformar la realidad de Sanlúcar”.

Entre las promesa no cumplidas de Irene García, el diputado recordó la reserva para suelo de viviendas de protección oficial, suelo industrial y otros proyectos que nunca vieron la luz.

Dijo Marmolejo que la alcaldesa se marchaba y aunque oficialmente se iba en este día ya hacía mucho  tiempo que la edil  no estaba en Sanlúcar, siendo su balance de gestión nulo

 

Víctor Mora, futuro alcalde, dijo que la decisión de Irene pudiera parecer extraña, pero al fin y al cabo era otra forma de hacer política. Agradeció, por su trabajo y empeño, en nombre del equipo de gobierno y de su partido, el trabajo hecho por Sanlúcar que ha sufrido un  cambio radical en positivo recuperando paso a paso la credibilidad perdida en etapas anteriores. .

 

Irene García, en su turno, el último, quiso tener palabras de agradecimiento para todos, los presentes y a todos los que estuvieron a su lado en esta andadura que duró seis años como regidora de la ciudad.

Sabía que su decisión había cogido por sorpresa a muchos, pero ya estaba tomada desde hacía meses, lo que corrobora las palabras del concejal del PP cuando afirmaba en su intervención que la alcaldesa ya hacía mucho tiempo que no estaba presente en los asuntos del a ciudad.

Quiso reafirmarse, como ya lo hiciera delante de los medios dos días antes, que tan legítimo era tener ambición política como renunciar a ella aunque sabía que se harán muchas cábalas del por qué de su salida de la alcaldía.

Haciendo un recorrido por su gestión, afirmó que había mucho por hacer, pero que era verdad que también se habían conseguido muchos logros y que la situación del  Sanlúcar del 2013 no tenía nada que ver con la del 2006.

Reconocía que la crisis económica y la humana habían hecho mella en la ciudad.

Siguió reconociendo que su compromiso con Sanlúcar no tenía fecha de caducidad y que aunque aceptaba las críticas no las compartía.

Volvió a declarar, que de cualquier forma su decisión  era un ejercicio de normalidad.

Agradeció, y citó por sus nombres, a todos los portavoces de la oposición a quienes agradeció su trabajo en el consistorio y a todos pidió disculpas si en algo o algún momento los había ofendido.

Su agradecimiento se extendió a los compañeros del grupo, al los socios de gobierno, a los trabajadores del ayuntamiento, asociaciones, colectivos de la ciudad, etc. En fin, finalmente hizo lo propio con su familia y dejó claro que sus sentimientos, en ese momento eran los mismos que cuando recibió su primera acta de concejala del ayuntamiento de Sanlúcar.

 

Incidencias

Un Pleno sin interés popular, totalmente endogámico y al que la ciudad le dio la espalda. El número de invitados y medios superaba al resto, principalmente, trabajadores del ayuntamiento y funcionarios de empleo.

Ni para bien ni para mal la ciudadanía se sintió atraída para ver este Pleno extraordinario, acto de obligado cumplimiento para el relevo del alcalde de la ciudad pero sin ningún valor para los sanluqueños que viven más pendientes del día a día que en las cuitas de políticos a los que denostan desde que la crisis empezó a pasar factura y los casos de corrupción irrumpieron en el panorama nacional.

 

Lo extraño es que el Pleno se desarrollara con normalidad  dado el estado de crispación de la población en general, que ve como los días pasan y las colas en Hermanitas de los pobres, Caritas, Hermandad del Roció, Mujeres Solidarias, etc. permanecen y asientan en el tiempo.

Sanlúcar ha pasado de ciudad reivindicativa a pueblo de gente timorata, acomodaticia e incapaz de alzar su voz para atajar las injusticias que rodean sus vidas y hacerlo expeditivamente, pero el miedo a perder lo poco que se tiene amordaza la teórica libertad de la que se dice gozamos todos los españoles.

 

Solo la economía sumergida, el fraude al estado o los réditos de la tela marinera  que arriba por el Guadalquivir justificaría que lo anteriormente dicho fuera, ojalá, una sesgada o interesada visón de la Sanlúcar que todos conocemos y nadie quiere reconocer, incluidos los estamentos públicos.

 

Faltaron  varios concejales a este Pleno y solo Juan Marín fue justificado por su grupo. Sabido es que la concejala socialista María José Valencia no asiste a los Plenos desde que su partido le pidió la renuncia  y entrega de su acta de concejala cuando se vio implicada en el caso de Bahía competitiva.

 

Juan José Suárez, concejal del PA, es otro de los habituales que no acuden a los Plenos más por hartazgo de Plenos vacios de contenidos que discrepancias con Antonio Prats.

 

Dos concejales del PP tampoco fueron al Pleno, no siendo justificadas sus ausencias. La crisis interna del principal partido de la oposición se revalida y  desnuda en cada Pleno municipal.

 

También se ausentó, en medio del Pleno y después de finalizada la intervención de Cristian Sánchez, Rafael Terán. Desconocemos los motivos ya que no justificó su marcha.

 

Estuvieron presentes en su último Pleno como alcaldesa, parte de la familia de Irene García, su esposo, su madre y hermana.

Se fue entre lágrimas y nervios despidiéndose de todos los compañeros, oposición, familia y trabajadores del ayuntamiento.

 

Ya solo se espera que pase el tiempo, que al final, y en la prudente distancia,  juzgará a Irene García no solo por los resultados en las urnas de los años 2007 y 2011.

 

A destacar la actuación de Antonio Prats quien, de todas las intervenciones fue el que más compensó la crítica y el savoir-faire en un Pleno de trámite y empañado por la emotividad del momento.

 

La discreción o los conatos de irascibilidad en los discurso del resto de la oposición, contrastó con la autocomplacencia de Víctor Mora al referirse a la gestión del equipo de gobierno que a partir del lunes él liderará.