José Segura.-Ya pasaron a la historia los días de la quema de volúmenes por la Santa Hermandad. Torquemada está bien enterrado. Pero Internet está vivito y coleando, y no se puede pedir a un internauta que se calle (Bueno en China sí, con el apoyo de
Google y de
El príncipe de Asturias). Si todos los chinos tuvieran acceso libre a internet, sin censura estatal, sin el apoyo de Google, otro gallo nos cantase.
Pero la política local no está contenta con la opinión que vertemos los usuarios sobre la realidad del río. Yo por mi parte tengo que decir, que Sanlúcar es el pueblo que más quiero del mundo, incluida la ciudad miarma en que nací, y creo que criticar la realidad para mejorarla no es hacerle un daño a la tierra, aunque sí se les haga a los políticos que tienen que dar la cara ante los contribuyentes.
El problema es suyo, no nuestro. La cosa se veía venir hace ya meses, pero sólo se han preocupado unos días antes de que comenzara la campaña veraniega. Está claro que ellos no tienen la culpa de la turbidez del río. Pero que el río está turbio no lo discute nadie. Que las corrientes se lleven el barro
