¿Adónde vamos?
Sigue la polémica sobre el presunto derecho de las bodegas sanluqueñas a producir fino. Ya tengo escrito que me parece una barbaridad; que los sanluqueños corremos el riesgo de debilitar la marca “manzanilla” que se asocia con la ciudad a cambio de que los dueños de las bodegas ganen cuatro duros más. (Digo cuatro duros porque no es estrategia que les lleve a ampliar mercados y a ganar mucho dinero; y eso lo saben los bodegueros).
La alcaldesa, según informa Sanlúcar Informaciones, ha prometido reunirse con el Consejero de Agricultura y Pesca. La postura del equipo de gobierno sobre este asunto es el genérico ayudar a las bodegas y a sus intereses, que es frase que sirve para un roto y para un descosido. Veámoslo despacito.
Primero hagamos una distinción entre lo que interesa a las bodegas y a Sanlúcar y lo que interesa a sus accionistas. Un ejemplo. ¿A quién le conviene tirar una hermosa bodega y trasladar la producción fuera de la ciudad? ¿Quién gana?. No gana Sanlúcar, que pierde paisaje urbano y aumenta su ya excesiva densidad de población en el centro. No gana la bodega; digamos que tampoco pierde y que la calidad del vino producida en la ciudad es la misma que la producida fuera.
El único que gana es el accionista que se embolsa la plusvalía urbanística. ¿Qué la bodega no puede sobrevivir como empresa sin el pelotazo urbanístico?. No estoy de acuerdo, pero dejemos eso para otra ocasión. El hecho es que hay decisiones que pueden favorecer a los accionistas y no a la bodega o a la ciudad. Esto no es la General Motors y esa frase tan famosa de que lo que es bueno para la General Motors es bueno para los Estados Unidos. Las empresas bodegueras ya no son importantes para Sanlucar ni por el volumen de negocio ni por el empleo que generan; han pasado esos tiempos.Las empresas bodegueras son importantes para Sanlúcar por proporcionar a la ciudad la exclusiva de la manzanilla, por producirla y por el paisaje urbano que tienen o tenían.
Nada más. Cuando una empresa bodeguera tira una bodega para hacer pisos está dañando a Sanlúcar y beneficiando a sus accionistas. No digo que haya que prohibirlo, sólo que no nos vendan la burra.Cuando una empresa bodeguera pone en riesgo la exclusividad de la manzanilla está dañando a Sanlúcar y beneficiando (al menos eso creen) a sus accionistas. La alcaldesa dijo: “Hay una realidad y es que esta decisión puede perjudicar los intereses tradicionales de Sanlúcar y, por tanto, comprometer a generaciones futuras”. Una perla de frase:¿se refiere a la decisión de querer producir fino en Sanlúcar, o a la decisión de prohibirlo?. Me da que tenemos buena alcaldesa y que vale la chica: ahora sólo hay que esperar que se aconseje bien, que aprenda y que decida una estrategia. Otro ejemplo: El permiso dado a unos constructores que han comprado una bodega para tirar parte y construir pisos: ¿“puede perjudicar los intereses tradicionales de Sanlúcar y, por tanto, comprometer a generaciones futuras”?. Yo creo que puede, ¿no?.
En fin, seguimos sin saber adónde vamos. Me parece que el ayuntamiento debería de tener una política clara de ayudar a las bodegas en lo que es esencial a la ciudad, en la exclusiva de la manzanilla, en producirla y el paisaje urbano. Debería tener una política de ayuda a la promoción de manzanillas y vinos gordos. Debería tener una política de ayuda a la conservación de las bodegas, incluso de subvencionar el mantenimiento de ellas; debería dejar claro que no se tira ni una más, sea una joya arquitectónica o no lo sea. Y debería ser una política que distinguiera el beneficio de Sanlúcar, el de las bodegas y el de sus accionistas; todos juntos, pero no revueltos.
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