Puccini, el pan nuestro de cada día
Por chatono contreras
¿Qué tiene la ópera, que hace que su público haya sabido siempre reconocer, casi de entrada (muchas veces casi desde la primera representación) sus obras maestras música, mientras que casi siempre han sido necesarias o incluso décadas, para que a la música de cámara, las sinfonías, no se le reconociera su valor?
¿Qué se puede decir de la ópera?
Se puede decir que la ópera es la acción combinada de la música y el drama, el cante, la intriga y los conflictos sicológicos y sociológicos, a los cuales asistimos, atraves del elemento sonoro y visual, contribuyendo en gran medida a facilitar el acceso a una obra de arte que, de ese modo, ofrece al oyente-espectador una gran cantidad de señales de ayuda muy valiosas para su apreciación.
En Madama Butterfly, el compositor se encuentra comprometido, ya que lo esencial del drama es un conflicto social: el hombre occidental, “respetable”, “se divierte” con una oriental por contrato, una boda que por parte de él no pasa de ser una broma.
Puccini, autentico artista del siglo XX, sabe que los conflictos sociales que se oponen en la vida a representantes de clases diferentes están empezando a disminuir, mientras que la cuestión de la desigualdad de razas se convierte en una expresión más importante y más agudas de los problemas sociales de nuestros días.
Puccini, parece indicar que tal vez no haya existido, ni exista otro compositor en la historia de la música cuya obra haya sido considerada tan clara e indiscutible a favor por el conjunto de los espectadores.
La opinión que se suele formar el público acerca de los teatros líricos de todos los países aficionado a la ópera, es que necesita nutrirse de Madama Butterfly a lo largo de la temporada, porque simboliza todo lo más característico y más prestigioso del arte lírico.
A pesar de que a veces los amantes de la ópera juzgan este arte lírico de forma diferente, ya que los melómanos sólo prestan atención a la calidad estrictamente musical de la obra, en cambio otros, no melómanos, pero sí amantes de la lírica, aprecian el valor dramático y el “bel canto”; pero en algo se ponen de acuerdo, en las diferentes obras de Puccini, ya que cada uno de ellos escoge el aspecto que le interesa: a uno la calidad dramática e innovadora, y al otro su música, como a: Gustav Mahler, que incluía óperas de Puccini en el repertorio de la Ópera de Viena Maurice Ravel y Arnold Shönberg, han manifestado su admiración por este autor, como un músico consumado, un compositor inspirado de la misma categoría que todos aquellos que crearon y construyeron el arte que llamamos música.
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