12 de Septiembre de 2012 |
Con bálsamo de Firabrás, que les confiere para templar sus emociones la belleza de nuestros parajes marítimos, los bravos argonautas herederos de Ulises y Jasón remontan el Guadalquivir en busca de su bética Ítaka y, quien sabe, a sus adoradas Penélopes hispalenses a las que susurrar el final de sus Odiseas más allá de las columnas de Hércules.
|