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El dragado del Guadalquivir
 
 
 
 
 
 
 
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03 de Noviembre de 2010
Sanlúcar de Barrameda y, gracia a las gestiones de nuestras autoridades, veremos como la arena de nuestras playas y las de “La otra banda”, van desapareciendo por los efectos de la profundidad de la Canal Nueva
José González Parada, secretario de Organización del Partido Andalucista.- El 28 de octubre de 2009, se derribó el muro de tierra que separaba la dársena del río de la nueva esclusa del puerto de Sevilla, que mide 260 metros de largo por 35 de manga. El llenado de la misma duró 11 días y se pronosticaba que para el mes de febrero de 2010 ya podría entrar los mercantes de hasta 300 metros de eslora y  34 metros de manga.
Esta inauguración venía ligada al dragado del río Guadalquivir, obra que sería acometida  a partir del año 2010 y que permitiría darle la profundidad necesaria para que embarcaciones de hasta 300 metros de eslora pudieran subir río arriba desde Sanlúcar de Barrameda hasta el mismo centro de Sevilla, permitiendo crear 8.000 puesto de trabajos y añadir  unas 120 hectáreas de suelo para empresas.

 Estas obras contaba en 2005 con 19 millones de euros y la UE le había concedido otros 62 millones.          Se construirán tres puentes móviles, dos de carretera y uno de ferrocarril que costarán 143 millones de euros, pronosticándose que para el año 2025 se duplicaría el tráfico portuario y generará unos 25.000 empleos más de los que en la actualidad tiene.

Este mismo año, como ya se ha dicho, empezará los trabajos de dragados del río Guadalquivir en toda su longitud, o sea, desde la propia esclusa –Punta Verde-, hasta el Bajo de Salmedina, unos 86 kilómetros de longitud con una profundidad variable que oscila entre los 7,5 metros y los 8,  y una anchura de entre los 85 y los 150 metros.
 
En el tramo fluvial  y hasta Sanlúcar se utilizará una draga de succión en marcha de tamaño medio y draga de cortador y voladura en el tramo marino más exterior con una duración de 3 a 4 meses arrojando los materiales desde Punta Verde a Salinas en recintos terrestres y, desde Salinas a Salmedina en el mar abierto con un mantenimiento del dragado de 20 años.
Estos vertederos, que según parece han sido estudiados en su aspecto medioambientales, serán los siguientes:
Vertedero terrestre: Torrecuéllar, Vista Alegre, Ampliación de Butano, Ampliación de Copero, El Sotillo, Ampliación del Valenciano, Borrego, La Horcada, Veta Grande, Ampliación de la Mata, Tarfía, Los Yesos, Adventus y Esparraguera. Estos dos últimos vaciaderos, especialmente Adventus, son opcionales al vertido al mar.
No obstante, en el proyecto básico del dragado, se estima la habilitación de vaciaderos para un horizonte de cinco años. De esta manera, los vaciaderos propuestos de forma más inmediata son los de, El Sotillo, Ampliación del Valenciano, Borrego, La Horcada, Veta Grande, Ampliación de la Mata, Tarfía y Los Yesos, con una superficie total de 372 hectáreas.
 
Vertedero marino: se propone una parcela cuadrada de fondo marino que viene siendo utilizada desde el año 1995. Se ubica frente a la costa de Chipiona, cerca del bajo de Salmedina, sobre la batimétrica de los 12,5 metros. Las coordenadas de los vértices del polígono son: A(36º46,3’N-06º29,5’W), B(36º46,3’N-06º29,1’W), C(36º46,0’N-06º29,1’W), D(36º46,0’N-06º29,5’W.
Estos últimos datos son para que los pescadores de Sanlúcar vayan teniéndolos en cuenta, puesto que serán los primeros que sufrirán las consecuencias de tales vertidos. ¿Se les habrán informado ya de este problemas?.
 
Con el nombre de “Propuesta metodológica para diagnosticar y pronosticar las consecuencias de las actuaciones humanas en el estuario del Guadalquivir”, la Junta de Andalucía ha colaborado en la puesta en marcha y, con un total de 42 investigadores pertenecientes a las disciplinas de Ciencias Marinas, Químicas y Ambientales, Física Aplicada, Biología Vegetal, Veterinaria o Paleontología, para que estudiaran y analizaran la situación actual del ecosistema y las consecuencias de los cambios naturales y los impactos de la actividad humana acumulados en el tiempo, y también permitirá realizar un pronóstico de su evolución tanto por los procesos naturales como por las actividades del hombre (navegación, agricultura, urbanismo, acuicultura,…), en especial en su influencia en el área de Doñana.
 
Este estudio está financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa con una cuantía de casi dos millones y medio de euros (2.478.241 euros), a través de una subvención excepcional concedida a la Autoridad Portuaria de Sevilla y en el marco del Plan de Innovación y Modernización de Andalucía (PIMA).
 
Sin embargo, estos casos hay que tomarlos con cierta cautela, porque aunque contribuyan a conocer a fondo la situación, después hay que contar con los imprevistos que la propia naturaleza del agua impone. De los daños que puede producir el dragado del río Guadalquivir en la zona de Sanlúcar, no tenemos ni la menor idea, sólo tenemos los estudios realizados por el profesor Carlos Fernández Delgado, de la Universidad de Córdoba, que ha dedicado bastantes años a investigar toda la desembocadura del Guadalquivir, incluso con escasos recursos prestados por el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, teniendo que vivir en una barca en medio del río, por no tener suficiente presupuesto para alquilarse una casa.
Hubo un  tiempo que intentó por todos los medios mediar con uno de los tantos Delegados de Medio Ambiente "fantasmas" que han pasado por este Ayuntamiento, sin que le dedicaran la más mínima atención, cuando lo único que pedía era una casa en la Colonia de la Algaida para guardar enseres y resultados de sus análisis. Ha sido, uno de los que advirtieron seriamente de las consecuencias de las Esclusas del Guadalquivir y de la ampliación del puerto hispalense, pero pocos lo han escuchado y muchos los que han mirado para otro lado.
 
Hace algún tiempo, la Federación de Arroceros de Sevilla, Ecologistas en Acción y  WWF/Adena presentaron una queja a la Unión europea en Brusela, contra el dragado del río  y la construcción de la nueva esclusa y, ésta ultima recibió noticia de la Dirección General de Medio Ambiente en la que se rechazaba todo los argumentos que se planteaban para paralizar el proyecto de la Autoridad Portuaria y emplazaba a los denunciantes para que presentaran alegaciones y, sobre todo, nueva información que permitiera cambiar un veredicto que supondría dejar el camino expedito a los planes del Puerto basada en el argumento que, desde el principio del proceso habían utilizado los ecologistas para tratar de bloquear la iniciativa: “la posible afección de la nueva esclusa y del dragado de profundización del río sobre espacios naturales calificados por la propia Unión Europea como Lugares de Interés Comunitario (LIC): el Parque Nacional de Doñana y el tramo natural del Bajo Guadalquivir.”
 
Pero es más "sorprendente" –según lo calificó Guido Schmidt, responsable de Aguas Continentales de WWF/Adena– resulta el razonamiento que realizó la Comisión Europea sobre el dragado del Guadalquivir. Argumenta que las tareas de profundización del río serán "de similares características a las existentes hasta ahora y aunque su envergadura será de menor magnitud, no es previsible que su impacto sea significativamente superior a los que se vienen realizando hasta la fecha".
 
Es decir, Bruselas deduce que como no existen denuncias ni noticias sobre posibles afecciones negativas de los dragados que en la actualidad se realizan periódicamente en el río –como si los dragados anteriores efectuados para la limpieza de los fondo tuviera nada que ver con los que se van a efectuar ahora-, , estos efectos tampoco tendrían que darse con el nuevo proyecto que ampliará el calado de algunos tramos del Guadalquivir.
 
Esta posición contradice incluso la que sostiene el propio Gobierno español, que mantiene que el nuevo dragado sí afectará a Doñana y ha instado al Puerto de Sevilla  a que realice los estudios necesarios para demostrar lo contrario. En este sentido, la organización recuerda que ya ha denunciado en múltiples ocasiones que los trabajos de dragado que realizan ahora en el río para mantener su calado ya incumplen varias directivas europeas "porque no son evaluados ambientalmente, cuando cumplen los requisitos para ello", al tener efectos "potencialmente perjudiciales" para el medio natural.
 
Los sanluqueños estamos a la espera que para este año que viene se empiece el dragado del río hasta la profundidad de los 8 metros previstos para que lleguen a Sevilla los grandes transatlánticos cuyos beneficios engorden a los sevillanos y traigan también beneficios a los pueblos de la ribera como Gelves, Coria del Río, Tobalina, La Puebla del Río, La Compañía, Alfonso XIII, Escobar, Queipo de Llano etc... mientras que Sanlúcar de Barrameda y, gracia a las gestiones de nuestras autoridades, veremos como la arena de nuestras playas y las de “La otra banda”, van desapareciendo por los efectos de la profundidad de la Canal Nueva.

El secretario de Organización del Partido Andalucista, José González Parada

 
 
 
 

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