Se podrían dar muchas excusas a la dolorosa derrota del Luci en su desplazamiento a Benamejí. Se podría hablar de que estar sin jugar más de mes y medio en mitad de la competición hace muy difícil mantener la tensión competitiva, máxime cuando el contrario lleva ya dos partidos de la segunda vuelta (hay que recordar que el Luci no ha jugado estas jornadas por la retirada del Fuengirola y porque en la segunda jornada le tocaba descansar al ser impar el grupo I de la Primera Andaluza). Se podría tambiénlamentar las numerosísimas bajas que padecía el equipo sanluqueño en este desplazamiento: Clara, Porta, Lorena, Belén, y las porteras Clarita y Tina. Incluso se podría discutir sobre lo penoso de un desplazamiento tan tempranero y que se hizo tan largo por culpa de la niebla de esa mañana. Pero ninguna de esas excusas es válida para explicar la penosa imagen dada por el equipo de Sanlúcar ante las cordobesas. Se jugó el peor partido de la temporada, sin juego y sin espíritu. El equipo no dio nunca sensación de poder sobreponerse a los sucesivos goles de los rivales. La pésima actuación de la portera sanluqueña lastró siempre al Luci, que no confió en sus cualidades y se mostró falto de toda personalidad. Sólo Bibiana, Alba y Chipi no se resignaron a salir derrotadas y al menos lucharon hasta el final. Las demás, faltas de ritmo competitivo, se dieron por derrotadas mucho antes del final. Dolorosa fue la derrota pero peor aún la imagen del equipo.