¿ Una imagen o mil analíticas ?  

El presidente de la comisión de científicos del Plan Doñana 2005, Hermelindo Castro, y el director de Calidad y Prevención Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía así como el director del Instituto del Agua, mantienen que según los datos de los resultadoos de las analíticas realizadas a nuestro río, este, no tiene indicios de contaminación química. 

¿ Y quiénes somos nosotros, los ciudadanos, para poner en duda la labor profesional de estos caballeros y de los más de cien científicos que corroboran con sus conocimientos lo que han dicho sus jefes políticos?.

Según estos informes, este episodio, que estos representantes de los diversos entes califican de natural, no es la primera vez que se da  aunque, eso sí, no tan prolongado en el tiempo.

El 22 de Abril de este año, y siempre creyendo los informes de esta caterva de funcionarios, en el río había unos 3000 miligramos de sustancias “suspendidas” por litro, mientras que una semana después este índice bajó hasta 58 miligramos.

La disminución de esos porcentajes, salvo error u omisión, hubiesen sido más que suficiente para que la turbidez hubiese desaparecido, mientras que por el contrario en el estuario y a simple vista, ahorrándonos los costosos análisis, un ciudadano  no podría asegurar que el río está contaminado, pero sí, que el color gris plúmbeo en el estuario no ha disminuido e incluso ha aumentado.

Existen otros factores visuales que confirmarían lo anterior. Solo con observar al río desde una posición elevada, la línea divisoria entre la influencia del Guadalquivir en el estuario y la mar abierta es clarísima.

Mientras que el azul marino marca el color natural de esta parte del litoral, el gris perla acompaña al río y todo el litoral de nuestras playas.

La experiencia y vivencias de personas con más de 50 años, profesionales de la mar y vecinos, echan por tierra la afirmación que “eso” ha ocurrido otras veces.

Es inaudita la cara dura y osadía que algunos tienen para afirmar lo que los propios habitantes del lugar niegan desde el recuerdo de sus propias vidas.