¡Bravo! Triunvirato
Chatono Contreras.-Ana Troncoso. ¡Bravo! Inmaculada Salmoral. ¡Bravo! Justo Jiménez. ¡Bravo!
Quienes hemos hecho del Teatro nuestro “estilo de vida”, de sobra sabemos aunque no se confiese abiertamente que todo buen teatro que se precie de tal es una radiografía del alma; o de las almas humanas en el sentido que sea.
¡Bravo! Triunvirato
Inmaculada Salmoral. ¡Bravo! Ana Troncoso. ¡Bravo! Justo Jiménez. ¡Bravo!
La verdadera destreza de ese buen Teatro siempre será pues la capacidad y habilidad para dibujar y entregar esas almas, con, todos sus conflictos. Y eso nos entregaron en la primera parte del concierto este triunvirato. Ana, Inma y Justo, eso se llama “espiritualidad” en estado puro, la lucha, el conflicto, entre creencias, frente al devenir de las circunstancias que envuelven cada vida individual como el de una mujer, viendo a su hijo crucificar… Eso es lo que escuchamos y nos hicieron llegar… ¿Por qué? Porque hicieron el ejercicio moral de mostrar su realidad de desnudar el alma, y mostrarnos sus grandezas através de sus voces los sentimientos de esa mujer llamada María, madre de un tal Jesús… Stabat Mater dolorosa ("De pie la Madre sufriendo"). Como plegaria medita sobre el sufrimiento de María, la madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo.
¡Bravo! Triunvirato
Justo Jiménez. ¡Bravo! Ana Troncoso. ¡Bravo! Inmaculada Salmoral. ¡Bravo!
Y como no hablar de esa fabulosa 2ª parte que escogió el director Señor Jiménez para deleite del público, es lo que en el argot teatral se llama un “¡viva Cartagena!”. Si la primera parte nos llegó al alma, la que nos entregaron sus componentes en la segunda nos hizo vibrar el corazón, las manos (mal dirigiendo con nuestros torpes movimientos) y entonando con el pensamiento.
Por esa razón oyendo, sintiendo la orquesta y cada uno de sus componentes Ana Troncoso, Inmaculada Salmoral y dirigidos con entusiasmo, imaginación y complicidad Justo Jiménez. Grito:
¡Bravo! Triunvirato
Ana Troncoso. ¡Bravo! Inmaculada Salmoral. ¡Bravo! Justo Jiménez. ¡Bravo!
¡Bravo a ese triunvirato que un año más nos deleitan en verano!