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Dime que fué un sueño: Shai li (II)
 
 
 
 
 
 
 
Dime que fué un sueño: Shai li (II) PDF Imprimir E-mail
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20 de Julio de 2008

Imagen activaEl olor era penetrante, húmedo, rancio...poca luz, sombras...en un rincón, acurrucada, con la cabeza pegada a sus piernas, abrazada a sus rodillas....allí...está Sahi li.

 Manuel de la Rosa.-Ocho o nueve años o quizá menos, sus uñas pintadas, sus labios dibujan una mueca de miedo, de tristeza, desesperanza...demasiado para su corta edad. La mirada perdida. alejada; sus ojos tristes, han visto demasiado en su corta vida recorrida.
Exceso de sufrimiento.Sahi li aún recuerda, aún, la entrada de aquel hombre en casa de sus padres el día de su cumpleaños....voces....gritos...su madre lloraba. No entendía. Desarraigo.

Sahi li aún recuerda, aún, la bolsa llena de dinero, la mano que la separó de la mano de su madre. No entiende. Confusión.

Sahi li aún recuerda, aún, el sabor de las lágrimas, la amargura en su garganta, el dolor de su brazo, la desazón de su corazón.Tristeza.

El día había llegado, el día de cumplir años, el día en que su padre la vendería, luego tocaría a su hermana pequeña. Ese día no fué como otros, no hubo regalo, ni alegría, no hubo cariñó, ni madre que la abrazara...sus recuerdos se irian borrando con las lágrimas de su mejillas.

No entendía porqué se encontraba encima de aquella mesa, semidesnuda, rodeada de hombres que no hablaban, que chillaban palabras que no comprendía.

No entendía porqué ofrecian dinero a la mano que la arrancó del regazo de su madre.

No entendía porqué la manoseaban, tocaban.

No entendía porqué aquel hombre raro le pegaba, porque le rasgaba la ropa, porque la empujaba contra aquel viejo catre, porque le hacia daño...le dolía.

Sahi li hubiese querido que todo fuese un sueño, una mala pesadilla. Pero en el mundo son cientos, miles, quiza millones de SAHI LIS que son vendidas como esclavas sexuales...que caen en manos de esclavistas del siglo XXI que las ofrecen a los occidentales a cambio de dinero.
Niñas que no llegan a adultas, se quedan en el camino víctimas de enfermedades como el SIDA o porque ya no sirven para engordar la cartera del que las compró. Prolifera el turismo sexual muy común en los paises del tercer mundo donde la pederastía aunque prohibida no está perseguida...se permite
 
 
 
 

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