Al Gallardo, hipocondríaco confeso

Jota Siroco.-A un buen amigo mío le ha crecido en la espalda una teta tipo Shakira, porque hace años que se alimenta de pollos hormonados.
A otro un cuerno entre ceja y ceja tras vivir cobijado durante lustros bajo la uralita de un gallinero.
Un tercero anda cojo y desequilibrado por soportar cada sábado el ruido infernal del botellón, ese infame cacareo con volumen de feria.

Y hay más, yo conozco a un francés que sufre de úlcera abierta tras intentar sin éxito dejar el tabaco con un parche mágico fabricado con plumas de avestruz.

También a colegas a los que el whisky de garrafón, quiebra el cerebro cual si de un espejo se tratara, rompiéndoles el caño de la sangre.

Virus hay, mas perniciosos que el macpollo, que destruyen en segundos las obras inéditas de los muchos cervantes que hay por España, dejando sin embargo intactos los premios Planeta.

Y por supuesto a esos pollos-pera de la política, tipo Armani, que son el en fondo los causantes de la madre de todas las gripes. Esos que matan con napalm y después, jesuíticamente, nos quieren quitar por decreto del tabaco nefando.

Comprendo pues tu hipocondría, compadre, aunque por el momento no me sume, pues ando un poco cojitranco tras cortarme los tendones algo más de lo que la sensatez aconseja y camine con la donosura de los patos.