No digas que fue un sueño:Seguramente la pesadilla de Linda
Manuel de la Rosa.-Sería lo mejor para su pequeño, se acabarían las penurias, las caminatas para encontrar agua, el hacinamiento en aquella chabola que llamaban hogar, las horas para encontrar algo que llevarse a la boca… Lo había pensado y lo tenía decidido, su hijo no viviría la tragedia diaria de la sed, el hambre… Ahorró todo lo que pudo por la venta de los dátiles que recogía a diario para venderlo en el mercadillo del poblado, por las pocas pertenencias obtuvo algún dinero , incluso por esa chabola que la vio nacer consiguió algunas monedas … lo suficiente para pagarse el billete con destino a ninguna parte ….pero seguramente, no peor que lo que llevaba vivido….
Llegó el día, escondida tras unos arbustos, junto a un grupo de gente de su etnia y de otras que no había visto en su vida, esperó la llegada la partida… cuando al fin llegó la noche, una luz se encendió y apagó tres veces… ¡ era el momento ¡ le habían dicho que tenía que correr y no mirar atrás… le costaba, su avanzada gestación no le permitía tomar mucha velocidad, extravió el zapato de su pie izquierdo, al fin lo consiguió, a costa de perder su hatillo con las pocas pertenencias que había conseguido conservar…. Pero había podido subir a ese cayuco a pesar de la patada que recibió en su vientre… se acurrucó en un asiento con otras mujeres, le dolía el cuerpo… no recordaba los días y las noches que había pasado sentada, sin poder moverse, casi sin beber agua ni comer…había perdido la cuenta… tampoco sabía como había llegado a aquella cama, ni quién eran esas personas que le tomaban la mano y le hacían poner sus dedos en un papel, no entendía nada, solo sabía que su hijo no viviría lo que ella había vivido. Casi todos los días nos despertamos con noticias, con historias como ésta, y si fue sufrimiento el conseguir los medios para marchar de su casa, sufrimiento el viaje, mayor dolor es que te expulsen.
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