Héroes por olvido

José A. Córdoba.-Al comienzo de la película se deja bien claro que hay escenas que se han dramatizado para la producción del film.

La verdad es que, aunque no iba condicionado a ver “1898, los últimos de Filipinas” si que llevaba en la mente los comentarios leídos y, algunos de mi puño y letra, quizás movido por aquello del flaco favor que le hace el cine español a nuestra rica HISTORIA, favoreciendo sin embargo la leyenda negra sobre nuestro espíritu de Nación, ocultado bajo eso que han dado en llamar “Memoria Histórica”, de la que ya me he pronunciado tiempo atrás y seguiré haciéndolo.

Para ser una españolada sobre un hito histórico como fue Baler, puedo decirles que para nada me ha defraudado. Es verdad que permanece muy sobria ante ese espíritu de nación, al que nos tiene embriaga la industria de Holywood. Sin embargo algo me ha sorprendió bastante, ha sido comprobar que han recogido la esencia de la época muy fielmente.

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Sin embargo, en el trasfondo de         la trama se aprecian tintes vedados a la realidad y juzgados con nuestra mentalidad y prejuicios actuales, quizás pensando más en la “Memoria Histórica”, que en la realidad.

Para comenzar, en la rancia actitud de los oficiales se aprecia un aspecto que no solo estuvo presente en Filipinas, sino también durante la colonización del RIF (Recordemos entre otros el desastre de Annual) y que de nuevo significó la pérdida de innumerables vidas de españoles. Hablo de la distinción que existía entre la escala militar de oficiales y que provocó indecisiones u órdenes contradictorias en los momentos más cruciales de las distintas contiendas y que podían haber salvado la pérdida inútil de tantos hombres. Curiosamente si salimos de los conflictos en sí, nos damos cuenta que el origen de los mismos sigue centrado en la escasa fortaleza política de España. Un fenómeno que no es solo del pasado, sino que lo vivimos en fechas actuales.

El asesinato de la indígena que tan criticado ha sido en las redes sociales, me trae a la mente La Odisea de Homero, concretamente el relato de Ulises y las sirenas. Aquí se silencia a la mujer para evitar la influencia dañina en la mermada moral de la tropa, donde las deserciones estaban presentes a cada segundo. Pero ¡NO!, no es esa la intención del film, la verdadera intención -a mi criterio- es recordarnos subliminalmente el crimen de personajes como fue el de Lorca.

El hecho de que un oficial se agarre al reglamento de la guerra, no es nada descabellado, ni lo fue antes, ni lo es en la actualidad. Las últimas órdenes siempre prevalecen frente a la ausencia de las mismas. Y en ausencia de referencia alguna, el oficial al mando debe recurrir a su experiencia.

Ese tan criticado “a la mierda España” es del todo normal, si nos metemos en el pellejo de aquellos hombres, si por un momento abandonamos nuestra egocentrismo civilizado, ese no es un grito de desprecio a una nación, ¡NO!, es el grito desesperado, de impotencia, de sentirse repudiado por un gobierno que los dejó a su suerte, allende del mar. Pero queridos amigos, un gobierno distinto, hoy, sigue haciendo lo mismo con nuestros soldados, solo tenemos que ver las noticias, y redes sociales.

Pero nada de lo reseñado y otros muchos aspectos desmejoran la producción, un film simple, sencillo y me reitero en el comentario, falto de reconocer el valor de unos hombres que se enfrentaron a lo desconocido, que su mayor heroicidad fue, SOBREVIVIR; el querer REGRESAR VIVOS A CASA; en todo acto heroico de esta clase predomina el instinto de SUPERVIVENCIA.