Bárbara Escañuela Álvarez Sotomayor.-Esta es la  situación que estoy viviendo desde hace mas de diez años.Todo empezó cuando me quise hacer mi casa en Sanlúcar de Barrameda.Nada más empezar las obras, el vecino que vive detrás, Diego Romero Ruíz, apodado el Caena,( para los que no sois andaluces, el Cadena) me puso un interdicto (demanda que paraliza las obras ).Después de muchos juicios que fui ganando sistemáticamente, pude seguir con la obra y terminar la casa. Me dieron licencia de primera ocupación y me trasladé a ella. El vecino, entonces, le puso al ayuntamiento un contencioso administrativo que finalmente el ayuntamiento ha perdido y ahora el juez, Pedro Marcelino Rodríguez Rosales, me obliga a ejecutar la sentencia que supone el derribo de mi casa. La casa está construida en terreno urbano y con licencia.

Pero lo más aberrante de la historia es que una vez derribada, el ayuntamiento me permite hacer la misma casa, y todo este despropósito se origina porque en el juzgado desaparece el proyecto que justifica la normativa que se ha aplicado y el juez en vez de reclamarlo al ayuntamiento, ya que estaba en el índice de documentos presentados, dice que si no está es que no existe.