Estamos hablando de las dos comarcas más maltratadas por una industrialización mal hecha, sucia, irresponsable y que ha dejado grandes fortunas en los bolsillos de algunos y grandes problemas para la mayoría de la población. Los sucesivos gobiernos han mirado a otro lado y no han hecho posible una recuperación de ambas comarcas, que ya sufren un gran número de problemas de salud por la presencia de un gran número de industrias altamente contaminantes que, además, han dejado un reguero de problemas ambientales graves, como son las balsas de fosfoyesos en Huelva o los innumerables vertidos de combustible en las aguas de la bahía algecireña, por mencionar tan sólo dos ejemplos.

EQUO reclama un cambio radical de estrategia energética, con una apuesta decidida e inmediata por los sectores de las energías renovables, la movilidad sostenible de personas y mercancías, la eficiencia energética y la apuesta por permitir el autoconsumo, individual y cooperativo.

Igualmente,  exigimos un cambio en el modelo de precios, acabando con los beneficios “caídos del cielo”, el abusivo concepto de déficit de tarifa y que se implante un sistema de bonus-malus a las formas de generación de energía según su impacto ambiental.

Estas instalaciones suponen continuar fomentando el consumo de combustibles fósiles para dar salida a su producción, desviando esfuerzos de sectores de futuro imprescindibles como la movilidad sostenible, las energías renovables o la eficiencia energética. En su lugar, el gobierno  persiste en apostar por sectores como el del petróleo, el gas o la energía nuclear, nefastos para la economía y la salud de la población pero muy rentables para los bolsillos de las empresas eléctricas y de aquellos políticos que tras su paso por las instituciones usan las famosas puertas giratorias y acaban trabajando para una empresa de energía con sueldos elevados.

EQUO recuerda que hace apenas un mes que el gobierno de Rajoy, junto con casi otros 200 gobiernos de todo el mundo, firmó un compromiso global para evitar que la temperatura del planeta suba más allá de 1,5º antes de final de siglo, lo que supone, para España y los demás países europeos, reducir de forma importante e inmediata sus emisiones de CO2. Este compromiso vinculante sólo se puede conseguir tomando medidas desde hoy, y el proyecto de refinería iraní es un ejemplo de lo que no se debe hacer, continuar el rumbo suicida actual dejando las soluciones para un lejano futuro. Es necesario actuar ya.