10 de Octubre de 2007 |
Hasta siempre Comandante.
Hace ahora cuarenta años, un guerrillero, icono de las generaciones de su tiempo y aun hoy referente aunque diluido y difuminado, para las presentes que utilizan su imagen, más para la adquisición de bienes de consumo , que una clase capiltalista ha sabido aprovechar de tan legendaria figura, murió ejecutado por fuerzas del ejército boliviano al mando del sargento Barrientos, el comandante Ernesto "Che" Guevara.
Desde entonces su figura no solo se ha ido perdiendo como referente de lucha y resistencia ante las injusticia que sufren los pueblos americanos y del mundo, sino que sus detractores quieren convertirlo ahora en un villano, niñato, y asesino despiadado. Sea como fuere el Che Guevara, ha pasado ya a la Historia como el hombre que dejó todo en pos de un sueño, la liberación de toda la America latina de la bota yanqui y de los tiranos sustentados por el imperio americano. Su referente histórico y, las sucesivas e interesadas campañas para desprestigiar al médico argentino con constantes revisionismos históricos, no lograrán sin embargo borrar de la memoria al último querrillero romántico de un mundo globalizado cada vez más atenazado, amordazado y vigilado, que poco a poco – y en pro de las libertades a las que supuestamente pretende defender- nos convierten en anónimos números, conjugando el verbo restringir en todos nuestros movimientos, -incluidos los de este modesto portal de noticias,- pensamiento y acción para mayor seguridad del conjunto de una sociedad robotizada y autista a la que “ellos” quieren seguir controlando. Y ahora, sin necesidad de asesinar en la selva boliviana a ningún carismático y comunistas lider. Con todo, "aqui se queda la clara, la entrañable transparencia de tu querida presencia, Comandante Che Guevara " como dice la canción. En memoria y homenaje en su cuadragésimo aniversario de la muerte de Ernesto Che Guevara, reproducimos una poesía del poeta malagueño Dieo Sánchez Prieto, más conocido culturalmente como “Germinal” Sánchez Florece tu figura en la memoria igual que la amapola desde el trigo para ensalzar la historia de tu gloria. Tu recuerdo estará siempre conmigo, y aunque pasen los años velozmente, jamás te olvidaré, mi buen amigo. Me enseñaste la tierra y la simiente para plantar en árbol de esperanza la eterna clorofila transparente. Pero el mundo, fingiendo de que avanza hacia un mundo mejor, donde el dinero inclina a un lado y otro la balanza tumbó tu eterno árbol misionero, pero dejó raíces y razones para seguir tu lucha, compañero. En un mundo enlutado de traiciones donde el poder corrompe a la conciencia y muda las palomas por halcones, tremola la presencia de tu ausencia, y hasta mi alma en un grito aleteante cumpliendo la sentencia de tu herencia, persisitirá en tu ejemplo, comandante.
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