García Lorca (Los poetas perdidos ).Elegía a un poeta muerto
Así como en la roca nunca vemos/La clara flor abrise,/Entre un pueblo hosco y duro/No brilla hermosamente/El fresco y alto ornato de la vida;/Por esto te mataron, porque eras/Verdor en nuestra tierra árida/Y azul en nuestro oscuro aire.
Leve es la parte de la vida Que como dioses rescatan los poetas. El odio y destrucción siempre perduran Sordamente en la entraña Toda hiel sempiterna del español terrible, Que acecha lo cimero Con su piedra en la mano.
Triste sino nacer Con un ilustre don Aquí, donde los hombres En su miseria sólo saben El insulto, la mofa, el recelo profundo Ante aquel que ilumina sus opacas palabras Por el oculto fuego originario.
La sal de nuestro mundo eras, Vivo estabas como un rayo de sol, Y ya es tan sólo tu recuerdo Quien yerta y pasa, acariciando El muro de los cuerpos, Con el dejo de las adormideras Que nuestros predecesores ingirieron A orillas del olvido.
Si tu ángel acude a la memoria Sombras son estos hombres Que aún palpitan tras las malezas de la tierra; La muerte se diría Más viva que la vida Porque tú estás con ella, Pasado el arco de su vasto imperio, Poblándola de pájaros y hojas Con tu gracia y tu juventud incomparables. ........................................
Igual todo prosigue, Como entonces, tan mágico Que parece imposible La sombra en que has caído; Mas un inmenso afán oculto advierte Que su ignoto aguijón tan sólo puede Realizarse en nosotros con la muerte, Como el afán del agua, A quien no basta esculpirse en las olas, Sino perderse anónima En los limbos del mar.
Pero antes no sabías La realidad más honda de este mundo: El odio, el triste odio de los hombres, Que en ti señalar quiso Por el horrible acero su victoria, Con tu angustia postrera Bajo la luz tranquila de Granada, Distante entre cipreses y laureles. Y entre tus propias gentes Y por las mismas manos Que un día servilmente te halagaran.
Para el poeta la muerte es la victoria; Un viento demoníaco le impulsa por la vida, Y si una fuerza humana Sin comprensión de amor Transforma por un crimen A ti, cantor, en héroe, Contempla en cambio, hermano, Cómo entre la tristeza y el desdén Un poder más magnánimo permite a tus amigos En un rincón pudrirse libremente.
Tenga tu sombra paz, Busque otros valles, Un río donde el viento Se lleve los sonidos entre juncos Y lirios y el encanto Tan viejo de las aguas elocuentes, En donde el eco como la gloria humana ruede, Como ella de remoto, Ajeno como ella y tan estéril,
Halle tu gran afán enajenado El puro amor de un dios adolescente Entre el verdor de las rosas eternas; Porque esta ansia divina perdida aquí en la tierra, Tras de tanto dolor y dejamiento, Con su propia grandeza nos advierte De alguna inmensa mente creadora, Que concibe al poeta cual lengua de su gloria Y luego le consuela a través de la muerte. Luis Cernuda Luis
|