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La Virgen de Regla
La Sñra. de Regla es faro que nos ilumina en las noches oscuras de nuestra vida. Noches, sin salida, donde la aurora no tiene prisa por asomar en este valle de lágrimas.Regla, mi Señora, solo tú puedes enseñar el camino a tus hijos, ayudarnos y darnos tu mano cuando nos perdemos en las aguas marejadas de esos mares por los que navegamos sin brújula, con el Norte siempre perdido.
Regla, mi Señora, solo tú eres estrella y guía por esos caminos, por esos valles, por esos bosques, por esos prados donde la oscuridad de las noches sin fin nos lleva a tomar senderos inseguros, solo tú nos prestas el filo bordado de tu bendito manto para asirnos a él, y regresar al buen camino. Pues sólo tú sabes que en esos senderos la palabra amor no tiene sentido, pero si que muchos equívocos, o la palabra fe es pura vanidad. Unos senderos que no nos permiten ver el resplandor de las estrellas o la belleza de la Creación.
Ha tenido que ser el Papa Francisco quien nos recordara como un día San Francisco, en su “Canto de las Criaturas”, hablaba de la belleza de la Naturaleza y de la gran casa que es el Mundo.
Y toda esa paz tan deseada, la encontramos en el Santuario de Regla. Regla, María, Virgen luz en nuestro caminar y que sosteniendo a su niño en los brazos, nos dice: “Haced lo que Él os diga”
Cuantas veces llego al Santuario de Regla, sin fuerzas por las continúas zancadillas de la vida, o por esos dolorosos momentos de mi enfermedad y ella me recibe con el amor de Madre, y el consuelo siempre reconfortante de su hijo. No puedo olvidar que en esas interminables horas, días y semanas de hospital, mi único consuelo, fue ella.
Muchas veces se nos va por alto que la Virgen es la luz que calma a los enfermos. Cuantas veces nos encontramos en la vida diaria pidiéndole, hablándole de tú a tú, por ese familiar, por ese amigo enfermo por un mal que nadie esperaba, y ella siempre está ahí, la Divina Enfermera. Ella es ese ancla de salvación que todos necesitamos.
La Virgen de Regla, siempre nos espera en su casa, en ese lugar santo como es el Santuario. Yo puedo dar testimonio de lo que decía San Bernardo “Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de cuantos han acudido a tu protección, e implorado tu asistencia, haya sido abandonado por vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana, no desprecies mis súplicas, oh Madre de Jesús, antes bien dígnate escucharlas y aceptarlas favorablemente. Amén. (Oración de San Bernardo)”. Ella de tez tostada por tantos años mirando a la mar y a su gentes, ella no hace distinción por color de piel, o bandera, atiende en igualdad a jóvenes o mayores. Pero es su Chipiona, ese rinconcito en la orilla atlántica de España, en la costa gaditana, donde sus gentes le tienen fervorosa devoción, junto con los seguidores de San Francisco, pues en cierta forma, en Asís, fue la Reina de los Ángeles, en la Porciúncula, y en Chipiona en el Santuario franciscano es la Virgen de Regla.
Chipiona, el Santuario, la Virgen de Regla, lugar santo donde los seguidores de San Francisco nos reciben con un fraternal abrazo de Paz y Bien.
El día 8 de septiembre sea un nuevo amanecer, lleno de claridades para todos los que acudimos a la Virgen de Regla.
FRAY JOSÉ DE SANLÚCAR
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