La Hermandad de los Negritos de Sanlúcar de Barrameda

  Primera Parte

Dentro del amplio abanico de Hermandades y Cofradías con que Sanlúcar ha contado a lo largo de la historia, no podía faltar una hermandad que estuviese compuesta por hombres de raza negra. Siendo Sanlúcar en un tiempo pasado, paso obligado y puerto de tránsito hacia las Indias, lo que le hizo alcanzar una fama y una prosperidad, quizás aún ignorada por muchos de sus hijos, no es de extrañar que se asentará en nuestra ciudad una muy numerosa colonia de negros, que eran traídos de África para ser llevados posteriormente a las Indias o para tenerlos como sirvientes en casas de familias feudales. Eran tiempos de esplendor, de dinamismo económico, comercial y convivencia entre pueblos. En esta tierra convivieron junto a los sanluqueños: bretones, ingleses, irlandeses…

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En este medio, como he referido, no es nada extraño que esa colonia de individuos de raza negra se uniesen en diversos colectivos para practicar sus ritos y costumbres, una vez que habían sido cristianizados.

 

Fue el 6º Duque de Medina Sidonia, don Juan Alonso Pérez de Guzmán (1502-1558), quien se declaró benéfico protector y bienhechor de estos negros de Sanlúcar, fomentando la erección de una Cofradía, la cual encontramos establecida en la Parroquia Mayor de Ntra. Sra. de la O, concretamente en su Capilla de Ánimas, fundada dicha hermandad por el año 1525.

 

a)  En el altar mayor de la Capilla de Ánimas se encontraba una imagen de Nuestro Señor en el pasaje de su Humildad y Paciencia, de muy buena factura según los cronistas de la época. Esta imagen no tiene nada que ver con el titular de la Hermandad de Ntro.P. Jesús de la Humildad y Paciencia (La Cañita), pues ésta nunca estuvo en la Parroquia de la O, sino que pasó del convento de Ntra. Sra. de la Victoria al Santuario de Ntra. Sra. de la Caridad, por tanto, no confundír con la imagen que cada Lunes Santo procesiona por las calles de Sanlúcar.

 

La imagen de la que hablamos puede ser el denominado Cristo de la Luz, que se halla en un altar a la derecha según se entra en la Capilla de Ánimas, de todas maneras hay cierta controversia en este asunto, ya que para otros historiadores el Cristo de la Luz es un crucificado.

 

b) La cofradía también contó con una imgen de Cristo Crucificado que presidía el altar mayor de dicha Capilla de Ánimas. Esta imagen ha sido objeto de una limpieza y  restauración, saliendo en vía crucis de la Parroquia Mayor de la O. Quizás sea este crucificado el mencionado Cristo de la Luz y no el de la Humildad y Paciencia. 

           

 c) La tercera de las imágenes con las que contaba la cofradía era una talla de pequeño tamaño de un  Señor atado a la columna, que por supuesto no tiene nada que ver con el Cristo de las Misericordias de la Hermandad de los Dolores. Esta tercera imagen, de la que hablamos, muy bien pudiera ser la que podemos ver en el Santuario de Ntra. Sra. de la Caridad, situada en la entrada de la Iglesia por la puerta que da al patio y a la sacristía.            

                        

En próximos artículos me extenderé más sobre cada una de las tres imagénes titulares de la desaparecida Cofradía de los Negritos.  Ahondaré en la controversia, que a mi modo de ver existe, a la hora de saber que talla representa al Cristo de la Luz, si es el crucificado o el Cristo que, sentado en una especie de baqueta, tiene sus manos enlazadas y mirada al cielo en actitud suplicante.   En resumidas cuentas, la hermandad de los Negritos contaba con tres imágenes en su cortejo procesional y que éstas eran sacadas cada año en la noche del Jueves Santo.

 

Cuando la hermandad salía a la calle, el Jueves Santo como hemos dicho, se dirigía a la ermita de San Antón, extramuros de la ciudad, hoy ubicada dentro del cementerio y, tras concurrir en San Juan de Letrán, hoy Iglesia de San Miguel, regresaba a la Parroquia Mayor, donde como hemos mencionado, en su Capilla de Ánimas, tenía su sede establecida.

 

La hermandad continuó con sus procesiones con toda regularidad hasta 1685 y a partir de aquí se experimenta una decadencia profunda en nuestra ciudad con el comercio de Indias y consecuentemente una disminución de la raza negra que aquí existía, dejando, por lo tanto, de salir la cofradía de los Negritos. Sin embargo, el Cristo de la Humildad y Paciencia fue sacado en procesión en la Semana Santa de 1717.

 

En el año 1740, con un bajísimo índice de hermanos, la hermandad se trasladó al convento de los Franciscanos Descalzos, hoy iglesia de San Diego, llevando consigo la imagen de San Benito de Palermo, ésta de gran veneración y devoción entre los negros, ya que este santo es de raza negra. Sus instantes imágenes se quedaron en la Iglesia Mayor de Ntra. Sra. de la O, donde a excepción del Señor atado a la columna podemos contemplarlas hoy día.

 

                                      Enrique Romero Vilaseco