Censurar
José Antonio Córdoba.-Según al R.A.E., dígase así: “4.tr. Dicho del censor oficial o de otra clase: Ejercer su función; imponer, en calidad de tal, supresiones o cambios.” Después de más de nueve años largos manteniendo mi columna en el semanal sanluqueño, he visto, y así se me ha comunicado por teléfono, que el sábado 29 de noviembre, mi columna no salía en sus páginas por malestar hacia mi persona, debido a unos comentarios vertidos sobre una noticia de “supuesta compra” por parte del desgobierno PSOE-CIS de dicho medio. ¡Recuerdo!, realizada en Facebook, nunca en mi columna, esa que me han retenido su publicación.Ante este acto, no me queda más que pensar que, no solo mis palabras, si no la noticia en sí, tiene visos de ser cierta. Pues de otra forma no entiendo que la editorial local actúe de esa forma contra mi persona. ¿He dicho que no cobro un euro?, ¡de esos que ellos reciben, -por hacerles campaña política a estos que nos desgobiernan-!, de lo que me alegro de no haberlos recibido, nunca.Siempre lo he dicho, moriré solo y quizás olvidado, pero con mi orgullo intacto, con el honor de saber que no he servido a estos impresentables que nos desgobiernan, ni a la camarilla o círculo que les ablandan el sillón consistorial al Alicatador.
Poco a poco te vas dando cuenta de la calidad como personas que muchos/as abanderan, pero que después para lo único que les sirve es para hacerle la cama a los polítiquillos que los catapultan para premios chusqueros o programas de tv basura.
¿Y se llaman periodistas?, por favor, quiero a la Belén Esteban.
No echaré en falta escribir, algo que seguiré haciendo. Solo echo en falta el tiempo que un servidor ha intentado defender la dignidad de un medio de comunicación, que para mí, desde el 29 de noviembre de 2014, ha dejado de tener esa categoría de digno, de comunicación, y sobre todo de público.
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