Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más
Cartas de una sombra
 
 
 
 
 
 
 
Cartas de una sombra PDF Imprimir E-mail
Usar puntuación: / 0
MaloBueno 
03 de Enero de 2015
Un 2015
José Antonio Córdoba.-¿De cómo afrontamos este 2015?, me figuro que otros buenos compañeros articulistas darán buena cuenta de ello, o incluso ya lo han hecho.¿De cómo hemos acabado y empezado el año?, bueno, por lo visto y hasta el momento sin pena ni gloria. Estos días me comentaba una buena mujer, joven, aún en estas lindes de la vida, pero muy especial para mí, así: “Gran hipocresía la del ser humano en estos días, ante una mesa”. No podía por menos que alabar su más que extensa reflexión. Y es verdad, hemos sustituido ese supuesto amor, o como carajo se llame, por una hipocresía pura y dura, donde todo son buenas sonrisas en labios y de miradas tan afiladas como una daga, en ojos y gestos. Ese “amor solidario”, se ha sustituido por un protocolo tan hipócrita que hasta los medios de comunicación nos indicaban en la mañana del 25 de diciembre, como abrir la puerta a la familia que llegaba a tu casa, ¡y que por supuesto!, llegaba entre ellos esa persona que no te agrada ni en fotos, pues ahí que tú, sonrisa, besitos, coqueteo, y si te mira mal, “pues oye, che” tú le devuelves una sonrisa agradable y benévola, y ¡un carajo!, vamos a ver, si tal, no te cae bien, ¡“pa” que narices invitas!. Y si por el contrario eres tú, quien sabes que no eres aceptado y vas a un campo de batalla, ¡“pa” qué vas criaturita de Dios!

Amigas/os, se va por morbo, para después tener hasta la próxima cena de Navidad, motivos de recriminación hacia la madre o padre de…, mira tu hermana/o, ¿de tu “cuña/o” que me dices…?, tú tía/o mira lo que me ha dicho, ¡si lo sé no voy!, -¡mentira, que si lo sabes y aun así vas!-, y si nos falta alguno de los recursos expuestos, siempre nos quedará: ¡hay que ver lo que le ha dicho tu sobrina/o a la niña/o!. Y si ella/él pasa del asunto –como un servidor-, siempre quedará el que te la lie a ti, por no haber estado pendiente y haber intervenido.

¿La Hipocresía, es nueva en las mesas navideñas del s XXI?, me temo que no. Siempre ha existido y existirá, pero por el ego de pertenecer a un grupo familiar o de amigos, cerramos los ojos y llegamos a un punto en el que se convierte en pura rutina que no se aprecia a simple vista.

Por eso, cuando esta persona me comentaba su situación, y me refería la hipocresía que estaba viendo, le dije que no se asustara, el ser humano es así. ¿Por qué?, me preguntaba ella, le referí algo parecido a lo expuesto más arriba. Indicándole que si lo había apreciado a esta etapa de su madurez y juventud: “es porque eres especial, tus ojos son capaces de observar y tu mente capaz de reflexionar sobre lo que los demás ya asumen”.

Llegaran los que a estas letras dirán que no todas las mesas son iguales, ¡y es verdad!, pero ¿a qué todas las mesas tienen un soporte?, pues esto de la hipocresía es lo mismo. En todas las mesas la hay. Tenga la mesa una, tres, cuatro, ocho patas. Sea la mesa redonda, ovalada, cuadrada, rectangular, etc.

Quien diga, “en mi mesa no hay hipocresía”, será una/o de estos que ya la han asumido, o como un servidor, que carece de mesa a la que sentarse. Quien la ve y la permite, es porque en su juventud, la madurez está evolucionando, o como un servidor que la juventud deja atrás y la madurez aún no ha acabado su proceso, solo se sienta en la mesa en la que su compañía es grata y bien recibida, que para hipocresías, ya las llevan los demás.

 
 
 
 

Vídeos
históricos más vistos

Últimas entradas más leidas

 
 
 
 
© 2024 Portal Sanlucardigital.es
Joomla! is Free Software released under the GNU General Public License.
 
Síguenos en
       
Sanlúcar Digital  ISSN 1989-1962