"La escultura de Roberto Matta, premio Principe de Asturias de las Artes, precursor del vanguardismo junto a Dali, amigo de Lorca, claro representante de las obras expuestas en el museo Thyssen Bornemisza, es un claro ejemplo del abandono de nuestro patrimonio durante todos estos años"

José Luís Zarazaga Pérez..-Hoy en el ecuador de noviembre este humilde desarticulista ha pensado que es el momento de romper su silencio ya que la ocasión creo que lo merece. No voy a hablar de los atentados de París ni de sus terribles consecuencias. Mi mayor solidaridad con todas las víctimas inocentes.

   Hoy creo que a la luz de los acontecimientos tengo que hablar de otro tipo de atentado, no es un atentado llamativo ni va a llenar las portadas de los periódicos y muchos menos el desinformativo local, ni el Telenina.  Se trata de otra profanación de nuestro patrimonio, ya que nuestro queridísimo Equipo de Desgobierno, y ojo que me refiero también a la oposición dejando aparte a Izquierda Hundida que se apunta a un bombardeo siempre que le convenga, ha sucumbido a las presiones de una minoría para retirar una obra de Roberto Matta para sustituirla vayan ustedes a saber, por un mamotreto de 8 metros de altura en poliéster.

No quiero ser irónico pero creo que otro gallo hubiera cantado si la obra hubiera sido dañada por algún atentado del mal llamado Estado Islámico. Aquí lo dejo.

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No entro en la razón o la sin razón de llenar de esculturas religiosas las calles y plazas de nuestra localidad, ni tampoco entraré en la idea de buscar el lugar más adecuado ya que la pobre escultura va a tener más movimientos que la compresa una coja, con perdón. El caso es que ya que nuestro Equipo de Desgobierno por un puñado de votos se ha vuelto tan religioso debería de reflexionar puesto  que están desvistiendo a un santo para vestir a otro.

 

A Sanlúcar siempre se la ha definido como una ciudad rica en patrimonio, orgullosa de lo que tiene pero a la vez con un pueblo que desconoce su propia historia y se aleja de su pasado.

La escultura de Roberto Matta, premio Principe de Asturias de las Artes, precursor del vanguardismo junto a Dali, amigo de Lorca, claro representante de las obras expuestas en el museo Thyssen Bornemisza, es un claro ejemplo del abandono de nuestro patrimonio durante todos estos años. Desde la atalaya que nos ofrece la entrada a Bajo de Guía he escuchado siempre comentarios para todos los gustos, desde hierro oxidado, mamarracho, pasando por un sin fin de alusiones que es mejor no mencionar.

 

   Uno no va a ir de intelectual sabelotodo, en el año 93 cuando se instaló el monumento, pensé que era  otra de esas invenciones que se le había ocurrido instalar a nuestro Ayuntamiento, uno de esos regalos que te hacen y que no tienes nunca ni idea de donde ponerlo ni para que sirve. Con el paso de los años todos vamos madurando y ciertamente se aprende bastante de las opiniones de todos aquellos que se paraban a contemplar con ojos críticos una obra que ha vivido en el mayor de los abandonos.

 

   La obra de Matta forma parte de nuestra ciudad, forma parte de nuestra arquitectura, de nuestro paisaje, de nuestro hablar, de nuestras costumbres, ha pasado a brillar con luz propia en nuestro paisaje. Nuestra escultura hoy también es un rumor que empieza a resonar por las plazas y calles, en su rotonda es un silencio privilegiado que se estabiliza en un lugar donde nadie ni nada puede romperlo, nuestra escultura ha pasado a ser un tono en las voces de los sanluqueños y una especial cadencia en las voces de todos aquellos que se plantan todas las noches en su noble afán de defenderla. Nuestra escultura es una altura frente a los edificios y un digno representante plantado en el lugar que le corresponde.

 

   Quisiera comentar con todo el respeto que me merece a la representante de la Hermandad del Rocio que todos los sanluqueños no somos negativos, defender algunas causas perdidas es sinónimo de preocupación por lo que nos rodea. Le diré que uno de los problemas que rodean al vanguardismo en el arte es el público receptor: En líneas generales es que no se entiende el nuevo arte y la elite o la que se erige en nueva elite de nuestra localidad no lo acepta con muy buenos ojos, es decir algunos lo más que entienden de arte es el logo de una papeleta electoral.

 

    Es cierto que el arte de vanguardia como el que nos ocupa, termina circunscrito a pequeños círculos que no tienen la pretensión de llegar a las masas, este arte se dirige una audiencia, digámoslo así, pequeña. Walter Benjamín nos dijo: “La reproductibilidad  técnica de la obra artística modifica la relación de la masa para con el arte.”

 

   Tengo que comprender o afirmar que tenemos en nuestro Ayuntamiento una Delegación de Cultura que debería de catalizar nuestra relación con el Patrimonio Cultural que nos rodea. Nuestra Delegación, mejor dicho de Incultura, debería de intentar reconciliar a la población con nuestro arte y patrimonio olvidado a la vez que logra hacerlo descender al ámbito social.

 

    A nuestra Delegación de Incultura no se le puede llenar la boca de conmemoraciones, efemérides y todo lo que se le ocurra sobre el V Centenario de la Circunnavegación mientras vemos como un claro representante de la unión con nuestros hermanos hispanoamericanos es humillado trasladándolo de un lugar donde se mantiene erguido como faro simbólico de las grandes expediciones que ennoblecieron un lugar como Sanlúcar de Barrameda.

 

   Señor Víctor Mora, como tocayo en lo referente a la Licenciatura en Historia, le pido humildemente que recapacite, busque otro lugar de consenso para instalar la nueva escultura.  Tal como un gran hombre nos dejo escrito: “No quiero mi casa amurallada por todos lados ni mis ventanas selladas. Yo quiero que las culturas de todo el mundo soplen sobre mi casa tan libremente como sea posible. Pero me niego a ser barrido por ninguna de ellas”. (MahatmaGandhi)

    Quiero finalizar recordando a todos aquellos que votaron a favor del traslado, comprendo que fruto de la ignorancia, que un pueblo sin pasado es como un hombre sin memoria colapsado en un presente que le impide avanzar por carecer de referencias vitales que lo conduzcan hacia el futuro.

 

     También  quiero recordar que apropiarse de las relaciones de la ciudadanía con su herencia urbana no puede llegar a formar parte de discursos demagógicos y populistas que cofundan la verdad cotidiana con el descubrimiento de una obra singular pero durante tantos años olvidada.

 

“Los sitios culturales y naturales forman el entorno del que los seres humanos dependen psicológica, religiosa, educacional y económicamente. Su destrucción, e incluso su deterioro, serán perjudiciales para la supervivencia de nuestra identidad, nuestro país y nuestro planeta. Tenemos la responsabilidad de preservar estos sitios para las futuras generaciones”. (Compromiso con el Patrimonio Mundial, Foro Juvenil del Patrimonio Mundial, Bergen (Noruega))

 

                                     ¡No a la destrucción de nuestro patrimonio!