Crónica del Luci

Grande, muy grande fue la imagen dejada por las seis heroínas del Luci que marcharon hasta Almería para defender las escasísimas posibilidades de nuestro equipo para conseguir el ascenso de categoría. Las encuestas previas nos daban sólo un 1% de posibilidades ante rivales de mucha mayor fortaleza económica y mayor plantilla. Además el Luci viajaba con sólo seis jugadoras ( ¡un único cambio ¡) para afrontar tan gran reto pues por diversos motivos más o menos justificados muchas de sus jugadoras decidían no afrontar un viaje tan largo y penoso (cerca de 1.000 kilómetros entre ida y vuelta). Pues bien, a pesar de ser tan pocas y de realizar un viaje de más de seis horas antes de jugar nuestras chicas realizaron el mejor partido de la temporada y a punto estuvieron de dar la gran sorpresa y eliminar a uno de los grandes favoritos, el Martos F.S., que lo había ganado todo en su grupo para presentarse en este play off de ascenso a Segunda División Nacional. Sólo la lotería de los penaltis les apartó del milagro. Y por los méritos demostrados durante el partido lo hubieran merecido.

El encuentro comenzó con un Luci agazapado atrás, entregando el dominio de la pelota a las marteñas y esperando la más mínima oportunidad para salir a la contra y hacerles daño. La falta de más jugadoras obligaba a las sanluqueñas a reservar fuerzas para un partido que se les iba a hacer muy largo. La defensa sanluqueña fue perfecta. Se había entrenado durante semanas para que no hubiera errores porque el riesgo de jugar tan atrás era máximo. Pero funcionó como una máquina muy precisa. Las jugadoras jiennenses no encontraban huecos para hacer daño al Luci, mientras que nuestras chicas contaron con hasta seis claras ocasiones de adelantarse en el marcador, todas desbaratadas por el gran partido de la portera rival. El público (lleno el pabellón con capacidad para más de 500 personas) estaba a favor de las nuestras porque era el rival más débil y porque reconocían el enorme esfuerzo que hacía un equipo casi sin cambios frente al banquillo repleto de las rivales. Pero a pesar de merecerlo más fue el Martos el que se adelantó en una jugada aislada a balón parado. El gol no desanimó a las nuestras que se fueron al descanso con la sensación de que podían remontar el partido en cuanto la suerte no les fuera tan esquiva.

En la segunda mitad el Luci continuó con su estrategia pero seguía sin obtener resultado. Pudo marcar en tres ocasiones pero el balón no quería entrar. Cuando más parecía que llegaba el empate una buena jugada de las rivales acababa en las redes sanluqueñas. Un 0 a 2 que convertía casi en imposible la victoria. El equipo acusaba la falta de cambios y cansado tenía que intentar una quimérica remontada. Pero estas chicas están hechas de otra pasta. Cuanto más difícil es la empresa más se motivan. Sacando fuerzas de flaqueza adelantaron líneas en una presión en campo contrario que abría más huecos en el propio. La madera era ahora la que frustraba sus méritos: un larguero a tiro cruzado de Clara y un poste a disparo de Bibi. Quedando cinco minutos las sanluqueñas sacan portera jugadora para intentar acortar distancias. Encierran a las rivales en su campo y bombardean la meta rival. Por fin un disparo de Pelu desviado por Clara dentro del área entra en la portería rival. El público grita emocionado. Pero restaban sólo un minuto y diez segundos para hacer otro gol. Exhaustas pero empujadas por la posibilidad de lograr la proeza, continúan el asedio mientras a las marteñas el miedo les atenaza. A falta de once segundos Clara marca el segundo y el pabellón se viene abajo. Se había logrado lo imposible. Lo que se había merecido durante todo el partido. Por méritos, por esfuerzo, por fe, por coraje. El pitido final dejó a las nuestras tiradas en el suelo, agotadas. Lloraban de alegría y de orgullo. Luego los penaltis no nos sonrieron. Pero eso era lo de menos. Lo importante era la enorme demostración de casta de las jugadoras sanluqueñas.

Para finalizar estas líneas queremos lanzar un mensaje, que posiblemente no sea políticamente correcto, pero no nos importa. Hemos sufrido mucho como para pararnos ante cosas que puedan causar más o menos molestias a algunos. Sanlúcar no se merece a jugadoras como las que este sábado defendieron los colores de un equipo de la localidad en tierras almerienses. El apoyo a nuestro deporte y en general al deporte femenino local es mínimo. Salvo excepciones como Belcón Obras las empresas prefieren apoyar a los innumerables equipos masculinos, repetidos hasta la saciedad, en segunda, tercera provincial, a veteranos,… antes que a un equipo femenino que luchaba por entrar en una Segunda División Nacional, categoría en la que nunca ha actuado ni seguramente actuará ningún equipo masculino sanluqueño. Nos apoyaron más en Almería que lo que nunca hemos sido apoyados aquí en casa. Localidades mucho más pequeñas que la nuestra tienen equipos femeninos a los que miman y respaldan económicamente porque saben que representan por toda Andalucía a su pueblo y están orgullosos de ello. Pero aquí no. Lástima que esto sea así. Así nos luce.