España tiene hoy una cita con la Historia

SD.-El desafío separatista en Cataluña ha puesto contra las cuerdas al Estado de derecho después de que el gobierno de la Generalitat  aprobara las leyes del referéndum y desconexión que ejecutarán este martes anunciando, casi con toda seguridad, la independencia de la próspera región española. La peor crisis institucional desde el nacimiento de las libertades hace 40 años.

Sin embargo, la sociedad silenciada de Cataluña y España mostró el domingo  músculo democrático y deseo para que la convivencia no se rompa entre catalanes y españoles, responsabilidad de los promotores de este viaje que nadie sabe donde acabará.

Tiempo habrá para hablar del inmovilismo del PP, las indecisiones del PSOE o la ambigüedad de Unidos-Podemos o algunas de sus confluencias en el territorio nacional, correspondiéndoles a todos  partes alícuotas en esta tragedia institucional que han dejado fluir escena tras escena sin poner freno  a las ambiciones de la burguesía catalana y sus arietes parlamentarios.

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El sábado se convocaron manifestaciones diversas en grandes capitales del país, como en Madrid, Sevilla, Zaragoza, etc.

En algunas de estas manifestaciones, a favor de la Constitución y unidad de España, se enarbolaron enseñas nacionales  y catalanas pero en otras, miles de personas lo hacían vestidas de blanco convocadas por la plataforma ¿Parlem/Hablamos? En las primeras se reivindicaba el cumplimiento de la Constitución y en las segundas se pedía a los líderes políticos enfrentados el comienzo de negociaciones, mediaciones o conciliación según el sesgo jurídico que cada uno le apeteciera para intentar salir de esta encrucijada e intercambio de frases grandilocuentes cuando no belicistas de los representantes de los poderes públicos en Madrid y Barcelona.

 

Así que un anónimo y solitario ciudadano se animó a mostrar su apoyo para fomentar el dialogo y lo hacía desde Sanlúcar, nuestra ciudad, que desgraciadamente volvió a ser retratada, y no por nuestros valores, por mor de unos cuantos sanluqueños y sanluqueñas.

 

Lo visto en el vídeo de lasexta.com, y otros periódicos nacionales y provinciales, muestra un indefenso hombre sometido a la vejación de no poder ejercer su derecho a expresarse libremente, arrancándole de malas maneras uno hombre y  furtivamente otro, las peligrosas armas que portaba en sus manos: Palabras de diálogo plasmadas en una tela blanca, y al mismo tiempo otros jaleaban, increpaban y animaban a los valientes de tan “digna” acción.

 

Estas imágenes solo muestran a unos pocos y por lo tanto no se puede generalizar ni hacer extensible al comportamiento cívico de la mayoría de los sanluqueños, es verdad, pero son el reflejo de una ciudad donde a la ciudadanía se la persuade, sutilmente, en nombre de la seguridad, pidiéndoles y escaneando e imprimiendo sus DNI por la Policía Local a la entrada de cualquier pleno municipal, medida que solo busca acotar la libertad de expresión del pueblo en estos lugares de libertad y democracia y la duda razonable de un partido de la oposición que los registros de estos datos no se destruyen después de un tiempo al no haber certificado emitido por los responsables del equipo de gobierno que lo acredite, como denuncia la formación política opositora.

 

Al equipo de gobierno no le gusta oír las lastimeras palabras de madres desahuciadas, el desespero de hombres y mujeres sin trabajo que no tiene la elocuencia suficiente para disertar sobre sus angustiosas situaciones familiares ni los momentos padecidos en el seno de sus familias.

Es patético esgrimir medidas de seguridad en un Pleno donde desde las filas socialista se lanzan insultos y amenazas (el edil socialista fue absuelto al no haber pruebas suficientes) a la oposición y hay policía suficiente para hacer salir a todo aquel que rompa el debate político dentro del oportuno y pequeño lugar donde se celebran estos Plenos.

 

Con estos ejemplos no es de extrañar que algunos ciudadanos se sumen a la heroica tarea de partir en pedazos la palabra escrita para pedir diálogo entre políticos, gritar “a por ellos”, a la salida de la Guardia Civil de sus bases para controlar el orden público el 1-O en Cataluña.” o llamar fascista a Joan Manuel Serrat, y a quien tercie, que no piense como ellos.

 

Tampoco hay nada extraño en que ningún partido, no nos consta, haya repudiado y condenado estos hechos contra la libertad de expresión, justo allí en la puerta de la casa de las palabras, la Biblioteca Municipal.

En Sanlúcar como en Madrid, Barcelona o Sevilla no podemos sino hacernos eco de la visión que sobre el particular tiene nuestro colaborador Maestro Liendres de un porcentaje muy notorio de  la clase política en general.

“Estos políticos son el grado mayor de descomposición, que la clase política en su degeneración ha llegado, sin atisbo de vergüenza o arrepentimiento. Son bandoleros."