REDACCIÓN
El Atlético Sanluqueño ha sufrido esta tarde en la Juventud un inoportuno traspiés ante un rival que dejó entrever serias carencias pero que confirmó su condición de bestia negra de los verdiblancos. El Atleti tuvo incontables ocasiones para ganar el partido pero no estuvo fino de cara al marco contrario y ya se sabe lo que suele pasar en estos casos. Una verdadera pena porque de haberse impuesto la lógica los verdiblancos podían tener ahora mismo un colchón de cuatro puntos con el quinto clasificado.
Desde el mismo pitido inicial los de Moreno Rosillo tomaron las riendas del encuentro. Se dominaba la parcela ancha con solvencia y se tenía la posesión del balón, pero los espacios no aparecían y a los hombres de arriba les costaba ganar la espalda la zaga blanquiazul.
El Jerez Industrial por su parte lo intentaba poco y sin demasiada convicción. Un Industrial en el que volvió a destacar el capitán Vázquez, el mejor de los de Álex sin ninguna duda.
Las mejores oportunidades para los verdiblancos llegaron casi siempre por la banda izquierda, con un Sergio Beato que durante la primera mitad estuvo en su línea, pero cuyos centros no encontraban rematador. Sin embargo, el gol llegó por la derecha y cuando menos se estaba mereciendo tras un centro que superó al central industrialista para que Carrasco, con la testa, alojara el balón en las mallas.
No obstante, la ocasión más clara estaba aún por llegar. Fue tras una jugada de tiralíneas de la medular verdiblanca que terminó con un pase en profundidad para Silveira quien, tras amagar al portero, decidió servir el tanto a Ramón. El roteño ajustó tanto su remate que lo envió fuera cuando lo tenía todo a su favor.
En el inicio de la segunda mitad los de Moreno Rosillo se propusieron contemporizar ante un rival que no tenía más remedio que buscar la meta contraria. Una táctica que no salió bien ya que los de Álex aprovecharon su única oportunidad en esta segunda mitad para restablecer la igualada. El tanto, obra de Cabello, llegó tras un rebote que permitió al ariete industrialista plantarse solo ante Jero y batirlo por bajo. Antes de eso, Carrasco pudo haber sentenciado después de que una falta de entendimiento de la pareja de centrales le permitiese quedarse con el esférico en la frontal y encarar al meta local pero su vaselina se marchó rozando el palo.
Al Atlético Sanluqueño le costó unos minutos encajar el golpe que supuso el empate pero una vez repuestos, los de Moreno Rosillo volvieron a hacerse con el mando del partido. El técnico sevillano decidió dar entrada a Johny por Ramón y más tarde a Jose Mari por Silveira. Unos cambios que trajeron algo de frescura, especialmente el del rápido interior sanluqueño.
A medida que pasaban los minutos el cerco se estrechaba y parecía que podía llegar el segundo. Sin embargo la diosa fortuna no estaba hoy con nosotros y el marcador ya no se movió.
En resumen un partido en el que la sensación generalizada entre los cientos de aficionados verdiblancos desplazados hasta la Juventud era que se habían dejado escapar dos puntos ante un rival que no hizo prácticamente nada para sumar uno.
