Estimado Señor Hernández, en primer lugar gracias por su acogida en este medio digital, creáme que no es necesaria. En lo que respecta a sus artículos yo también soy un fiel seguidor de los suyos, incluso en algunas ocasiones me parecen plenamente acertados y consecuentes

José Luis Glez Pérez.-Son varios los asuntos que me gustaría  desgranar en este segundo artículo, el primero  es una distinción que usted utiliza muy a menudo en sus escritos, diferenciando izquierda y derecha, tal y como hacen muchos dirigentes socialistas de modo obsoleto y caduco. Cuando hay miedo en las filas socialistas se suele utilizar esta coletilla, o frases como “que viene la derecha” intentando sembrar el miedo y el desconcierto en la población. Pienso que tal diferenciación a día de hoy es inútil, los ciudadanos estamos cansados de los politícos, no queriendo un Alcalde o Alcaldesa de uno u otro partido, sino personas íntegras que luchen por su pueblo, algo de lo que historicamente ha carecido la política sanluqueña.

Desgraciadamente, no tengo su experiencia en cuanto a la afiliación en un partido político, dato importantísimo en la materia que estamos tratando, simplemente llevo seis años afiliado al Partido Popular de Sanlúcar. En eso de ser y ejercer como militante de base, reconozco que me gana claramente.

Uno de nuestros puntos en común Señor Hernández, es a mi modo de ver, nuestra mutua preocupación en temas relacionados con las políticas de empleo y el mercado de trabajo, usted opina como un reputado funcionario adscrito a la oficina de  Fomento Económico, mientras que yo unicamente expreso mi opinión como un simple aspirante al Cuerpo Superior de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social.

Observo que no hace mención a las cuestiones puntualizadas en el primer artículo, relativas a la situación del “botellón” y al sueldo del Coordinador de Campaña del PSOE-Sanlúcar, para mí actuar sobre eso sí es mejorar Sanlúcar. Es indigno las continuas molestias a los vecinos todos los fines de semana y sumamente rechazable las retribuciones percibidas por el  Señor Verdún dada la precaria situación económica.

Nadie me ha mal informado sobre usted, no recibo directrices ni indicaciones de nadie, siempre he escrito lo que me ha parecido oportuno a pesar de que a determinadas  personas no les haya parecido lo más apropiado. Eso es lo que se conoce como libertad de expresión, derecho que muchos partidos políticos pasan por alto.

No creo que sea necesario una conversación privada para que me informe, mi única duda me la puede disipar usted publicamente y con las cartas sobre la mesa indicándome cómo y cuando superó el proceso selectivo para ejercer como funcionario de la Administración Local, y si dicho proceso respetó las exigencias reconocidas en el artículo 103.3 de la Constitución Española y Estatuto Básico del Empleado Público ( Ley 7/ 2007 de 12 de abril)  relativas al  mérito y capacidadpara el acceso a la función pública.