María José es además de restauradora una escultora reconocida, y dan fe de ello el recientemente inaugurado monumento al turismo en la glorieta de las Piletas, que representa a una diosa tartésica con un sol en las manos, y el busto a José Martínez “Limeño” en la plaza del Pino, frente a la puerta grande de la plaza de toros sanluqueña, realizado en 1985 con motivo del 25 aniversario de su alternativa.
José Luis, que comparte su dedicación a la recuperación del patrimonio con la docencia en el I.E.S. Juan Sebastián Elcano, pertenece a una saga de artistas que durante cinco generaciones ha mantenido el oficio artesano de la forja y la orfebrería. Su abuelo, Enrique Camargo, fue filetero de la Catedral de Sevilla, y su padre, Fernando Marmolejo Camargo, discípulo del orfebre Cayetano González, es el autor de los ramos de azucenas de la Giralda, el camarín de la Macarena, el paso de plata del Patrocinio, las coronas de oro de decenas de imágenes procesionales, y también la reproducción de piezas arqueológicas para museos tales como el tesoro del Carambolo, de Guarrazar, o de Ébora.
María José y José Luis dirigieron la restauración del retablo mayor y conjunto pictórico y retablístico de la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda. Fruto de un trabajo intenso de equipo, codirigido por este matrimonio durante 12 años, el proceso de recuperación, que se inició en 1996, ha culminado con la restauración de 31 pinturas, diversas imágenes y relicarios, y la consolidación de estructuras de todos los retablos. En su edición de 2008, la Asociación para la defensa del Patrimonio Histórico “Aula Gerión”, concedía su premio a la conservación del Patrimonio a dicha restauración, en la categoría de conservación y restauración de Bienes Muebles.
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Otras de sus actuaciones más destacadas han sido
la restauración del magnífico San Sebastián de la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, que se encuentra en la Capilla de las Ánimas de la Parroquia de Nuestra Señora de la O, o del San Antonio donado por la familia Orleans al Convento de Capuchinos, haciendo verdaderos prodigios frente al ataque de xilófagos, humedades, desencolados, pérdidas de policromía, y mutilaciones de la obra, restituyéndolas, dentro de los más estrictos criterios de restauración, a todo su esplendor, y gracias en gran parte al patrocinio de la Fundación Barrero Pérez, con la que colaboran varias empresas sanluqueñas.
También Chipiona está vinculada de manera muy especial a esta familia, toda vez que la media luna de oro y perlas que luce Nuestra Señora de Regla es obra del taller que los hermanos y sobrinos de José Luis Marmolejo regentan en la Plaza Molviedro de Sevilla, como también lo serán muy pronto las nuevas ráfagas que adornarán a nuestra de Chipiona. José Luis y María José son además asiduos del Santuario, colaborando con los hermanos Franciscanos que lo custodian en la restauración de algunas de sus obras y asesorándoles en lo que atañe a la conservación de su importante Patrimonio.
El taller de María José Gómez y José Luis Marmolejo en Sanlúcar
