Resulta bastante penoso leer los artículos que surgen de algunas cabezas pensantes de nuestra geografía próxima, al constatar que a lo largo de los siglos todavía existen entes que necesitan atacar a la religión, preferiblemente la cristiana, con argumentos manidos y repetidos hasta la saciedad.

Daniel Vargas Palacios.-Como norma general son escritos vacuos, insípidos, creados con la única intención de tratar de escandalizar, siendo más esperpénticos reflejos de una modernidad trasnochada que verdaderos adalides del pensamiento.
No creo que a estas alturas todavía alguien les conceda la más mínima transcendencia a las manifestaciones de ranas crucificadas, fotografías de actores representando Cristos más propias de revistas especializadas en el BDSM que otra cosa o, simplemente, artículos de opinión de algún que otro "iluminado" que, de repente, descubre una leyenda negra en la América del siglo XV o vislumbra los errores cometidos por la Inquisición.

Como respuesta a estos pseudopensadores de andar por casa, les invito a seguir esgrimiendo su derecho a la libertad de expresión rebuscando en las más oscuras y perversas historias y leyendas de las religiones. Pero también podrían hacer un examen de conciencia ojeando, así como el que no quiere la cosa, la historia del pensamiento universal, sus grandes genios, los grandes teóricos . y la posterior aplicación que el ser humano ha desarrollado a partir de ellos.

Así, de esta forma, constatarán de primera mano como las ideas son una cosa y la forma de materializarlas y usarlas son otra diferente: nadie puede negar que una religión que pregona el amor al prójimo como a uno mismo no puede causar daño, aunque históricamente hayan existido personas que han utilizado una situación de poder para perjudicar a sus semejantes; de la misma forma, la idea del comunismo es excelente, pero no son de recibo las matanzas y crímenes cometidos en su nombre.

La idea de religión como opio del pueblo hace décadas que está obsoleta, siendo el consumismo caníbal que nos rodea el enemigo a combatir tantos por las personas religiosas como por los ateos más recalcitrantes. Frentes abiertos hay muchos, así que creo que sería de personas sabias el saber cuál es la guerra que quieren y pueden emprender, y no cebarse en tratar de dañar aquello que no les gusta o desconocen.

En fin, a ver si nos dejamos de pantochadas irreverentes que a nada conducen y vemos cómo esos que se autodenominan intelectuales se dedican a empresas más productivas.


Daniel Vargas