 “domingo nueve días del mes de octubre Año del señor de Mill/e qnjs, e quarenta y siete años fue baptizado Miguel/ hijo de Rodrigo de Çervantes e su mujer doña Leonor fue/ron sus conpadres Juo. Señor bre/serrano Cura tso balatasar vasqz. Sacrista/e yoque lo baptize e firme de nobre// El bachillr. SeRano “ (firmado y rubricado)
Chatono Contreras.-Fe bautismal de Miguel de Cervantes y de Cortina, incluida en el folio 192 vuelto del Libro primero de Bautismos de la parroquia de Santa María la Mayor de Alcalá de Henares.
Miguel de Cervantes y de Cortina, luego pasado a la posteridad con el nombre de Miguel de Cervantes Saavedra fue hijo de Rodrigo de Cervantes y Doña Leonor de Cortina; sabemos que su padre fue médico cirujano persona no muy favorecida por la diosa Fortuna; y de doña Leonor de Cortina y de la que casi nadie sabe nada o no se sabía, ya que hay un vacío muy grande cada vez que se menciona su nombre.
¿Quién era doña Leonor de Cortina? Una madre, era la sombra de sus hijos sobre todo de Miguel al que consideraba, precisamente, sobre el que cayó con más fuerza la adversidad.. Leonor tuvo cinco hijos, a saber Andrés, que murió en la niñez; Ándrea, la que fue amante de don Nicolás de Ovando, Camarero del Cardenal don Diego de Espinosa; Luisa Belén, carmelita reformada; Miguel, quien tendría que ser gloria de las letras españolas; Rodrigo, alférez, fallecido en el campo de batalla; Magdalena y por último Juan, el menor.
¿Pero quién era doña Leonor de Cortina, madre de Miguel? Su fecha de nacimiento fue en 1593; procedía de Arganda, villa de Madrid y cercana a Alcalá de Henares; también hay quien cree que su linaje arranca en barajas _ el documentador revelador brilla por su ausencia_. Sus padres, campesinos acomodados, poseían una casa y una nada despreciable viña de más de quinientas cepas…
¿Por qué hablo de Leonor, madre de Miguel, y no de él? Quiero a lo largo de este mes compartir como esta mujer, la madre, hizo que el conocido como Miguel de Cervantes y Saavedra fuera ese escritor que como dijo Milan Kundera, en El arte de la novela, “ Cuando dios abandona lentamente el lugar desde el que había dirigido el universo y su orden de valores, separado del bien y del mal y dado un sentido a cada cosa, don Quijote salió de su casa y ya no estuvo en condiciones de reconocer el mundo. Este, en ausencia del juez Supremo, apareció de pronto en una dudosa ambigüedad; la única Verdad divina se descompuso en cientos de verdades relativas, que los hombres se repartieron. De este modo nació el mundo de la edad Moderna, y con él la novela, su imagen y modelo.”
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