"No hagas muchas promesas, y, si las hicieres, procura que sean buenas y, sobre todo, que se guarden y cumplan"

Jota Siroco.-En la inundación del 83 una especie de gondolero rural bogaba por la Plaza del Cabildo cantando aquello de “¡Qué profunda ilusión…qué triste está Venecia…!”. El Alcalde salió en la TDC y dijo que pondrían los medios necesarios para que no…etc; en la del 2005 iba ya el gondolero en una moto acuática y cantaba un rap. También la Alcaldesa salió en Telesanlúcar y prometió que pondrían los medios… etc; en la del 2008, por eso de la crisis, la gente, como el mismísimo Jesús, andaba sobre las aguas.

No sólo la gente. Por la calle de la Bolsa nadaba a braza una perfecta formación de cucarachas, las ratas lo hacían estilo mariposa en la esquina de Tartaneros y un perro nadaba como suelen hacerlo los perros sobre las aguas negras de la misma plaza y al mismo tiempo todos los comerciantes de la zona parecían remar con sus escobas en ristre, con sus botas de goma como pescadores de la ruina. Un verdadero desastre repetido, que maldita sea la gracia que tiene. No sé si la Alcaldesa prometió de nuevo que pondrían los medios…etc.

Año 1625. Aquella sí que fue una gran tormenta. Los más viejos del lugar la recuerdan gota a gota. La tierra se convirtió en un gigantesco surtidor que descargaba sobre el cielo y por vez primera se arruinó la cosecha en los campos del Edén. Fue un momento de gran confusión. El Duque prometió que se pondrían los medios necesarios…etc

Mientras caía desde lo más alto con sus vergüenzas al aire…gritaba Dios:¡¡¡¡¡Quemeresbaaaaaalooooooooooooooooooooooooooooooplofffff!!!!!.

Aquel día al afilar el lápiz, no saltaron virutas sino palabras. Cervantes las ordenó e hizo nacer “El Quijote” para poder decirle a Sancho aquello de: “No hagas muchas promesas, y, si las hicieres, procura que sean buenas y, sobre todo, que se guarden y cumplan”.