Solamente cuando alguien alza la voz para denunciar públicamente esta lamentable y peligrosa realidad salen estos "salvapatrias" diciendo que se quiere manchar la imagen de Sanlúcar, queriendo matar al mensajero. 

 Fernando Cabral.-El pasado día 25 de junio se celebró un pleno ordinario en el ayuntamiento donde, sin duda alguna, se trataron temas importantísimos para el desarrollo social y económico de nuestra ciudad, incluso la encendida propuesta de construir unas marquesinas para que los caballos de tiro no pasen los rigores del calor en el verano.

Curiosamente, días antes, creo recordar el martes 23 se llevó a cabo en nuestra ciudad una importante operación antidroga, en la cual se desarticuló una red de narcotraficantes con la detención de varios sanluqueños y la incautación de coches de alta gama, dinero y registro de casi una decena de viviendas repartidas por toda la ciudad,  de la cual se han hecho eco muchos medios de comunicación  escrito y audiovisual, pues bien, ni mención de ello por parte de nuestros ediles.

Ninguno de éstos que se rasgan las vestiduras por Sanlúcar, de éstos que ponen el grito en el cielo por cualquier asunto que afecte a nuestra ciudad, ni antes, ni mientras, ni después del mencionado pleno han dicho esta boca es mía referido a la  operación policial. Aquellos que el día del pleno se "emplearon a fondo" en la defensa de sus tesis en los distintos asuntos tratados, e incluso la propia concejala de nuevo cuño que defendió la construcción de marquesinas para los pobrecitos equinos, obviaron dicho asunto que ha puesto tristemente a Sanlúcar otra vez en la cabecera del tráfico de estupefacientes en España.

No deja de sorprenderme que tan importante asunto, que sin duda alguna tiene para nuestro pueblo, con su trascendencia social y económica pase para estos "servidores públicos" desapercibido. Esta lacra social que esta invadiendo todas los sectores no  merece mención alguna ni preocupación para los concejales sanluqueños.

Solamente cuando alguien alza la voz para denunciar públicamente esta lamentable y peligrosa realidad salen estos "salvapatrias" diciendo que se quiere manchar la imagen de Sanlúcar, queriendo matar al mensajero.
Evidentemente, la mayoría de los sanluqueños son gentes decentes y honestas, pero este silencio desde las instituciones locales ante este asunto del narcotráfico en Sanlúcar deja mucho, mucho que desear y pensar. Y si no se ponen los medios y denuncias desde todos los sectores sociales, económicos e institucionales de nuestra ciudad, tendremos que lamentarlo pronto.

Los tentáculos de los narcotraficantes llegan a cualquier parte pronto y rápido, pero limpiar nuestras calles, parques, empresas e instituciones de sus efectos perversos se tarda muchos años, vease lo que pasa en poblaciones cercanas en la provincia.