Un microrrelato en dos versiones |
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09 de Noviembre de 2008 |
Versión 1
Luisa María Serrano.-No es ella. La mujer que la mira detrás del espejo no es ella. Si acaso se le parece vagamente. Sus ojos también son verdes, pero sin brillo y con los párpados enrojecidos. Sus labios resecos dibujan una extraña mueca en lugar de su sonrisa. Una desconocida la observa desde el espejo mientras se peina. Han pasado demasiados años desde que se marchó de casa. Demasiado dolor desde que sufrió la crisis. Después, el vacío en su memoria y unas profundas huellas en su rostro.
Versión 2No era ella. La imagen que le devolvía aquel espejo no era ella. Si acaso se le parecía vagamente. Sus ojos eran verdes, pero sin brillo y con los párpados hinchados y enrojecidos. Sus labios resecos dibujaban una extraña mueca en lugar de su sonrisa. De pie, ante el espejo, no era capaz de reconocer su propio rostro. Habían pasado demasiados años y demasiado dolor desde que sufrió aquella crisis. El espejo le mostraba a una desconocida con la que tenía que aprender a vivir.
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