Ha sido un conflicto duro ya que durante este periodo hemos tenido que sufrir el boicot llevado a cabo por el empresario: destrozando nuestra cartelería  de las paredes, poniendo denuncias falsas a compañeros del sindicato, así como el uso “particular “que ha hecho de  las fuerzas policiales amigas del empresario en nuestra contra. Pero nada de ello nos ha hecho desfallecer en nuestras reivindicaciones, muy al contrario, nos ha servido para reclamar con más fuerza los derechos que en justicia asisten a nuestro compañero Jonathan.                                                                                                                                                               

 

La finalización del conflicto ha sido satisfactoria, el trabajador ha rescindido su contrato con todos sus derechos (puesto que la continuidad en la empresa era insostenible) y ha recibido todo el dinero adeudado por el empresario.                                                                                                                                      

 

Aunque ya ganamos judicialmente con una sentencia en firme del juicio celebrado el pasado 13 de julio y en el cual el mismo empresario Jesús Raposo Saborido no dudó en admitir todas las acusaciones, han sido la acción sindical y la solidaridad de la CNT de otras localidades, las que llamaron la atención de altos cargos de Tecnocasa, que intervinieron para mediar en el conflicto y buscar una solución. Y es que el señor Jesús Raposo Saborido en su cabezonería se negaba aun  a pagar dinero que debía al compañero. Esto ha llevado a Tecnocasa, con buen juicio, a retirarle la licencia del franquiciado que tenia en la calle Santo Domingo 76.                                                                                    

 

 Agradecemos a toda la ciudadanía de Sanlúcar por las muestras apoyo recibido en el conflicto, así como al sindicato del  SAT en Sanlúcar y a los sindicatos de CNT de todo el estado que se han movilizado. Una vez más se demuestra la validez de nuestro sindicalismo hecho en la calle, basado en una acción directa que le dice las verdades al empresario en la cara y en una solidaridad real entre trabajadores. Un sindicalismo autónomo e independiente de cualquier partido político, sin liberados ni “profesionales” del sindicalismo y con más de 100 años de experiencia, que no recibe ni quiere subvenciones del gobierno.