El Desastre Andalucista
Los resultados de la elecciones autonómicas andaluzas del pasado 25 de marzo, nos han dejado unos resultados, cuando menos, preocupantes y sobretodo, decepcionantes. Por un lado, la derecha y los liberales, representados en el PP, han ganado las elecciones andaluzas. Cierto es que sin llegar a conquistar la mayoría de la Cámara andaluza, e incluso muy por debajo de las expectativa electorales que les aseguraban las encuestas y los politólogos que en las diversas tertulias o mesas de camilla, donde debatían los posibles resultados, solo llagaban a predecir si el PP lograría la mayoría necesaria para gobernar o necesitaría a la androide UPYD, que le aseguraban su entrada a la Cámara andaluza.
Por otro lado, el PSOE, pierde la mayoría absoluta, no es la primera vez que pierde la mayoría parlamentaria en Andalucía, aunque en esta ocasión, sobraban los motivos para pensar que los andaluces castigarían la falta honradez y transparencia de los socialistas andaluces. El castigo se ha dado, no es menos cierto, que este castigo, es mucho menor, del que era y es necesario. La gran novedad de estas elecciones han sido los resultados obtenidos por la Coalición de IU, duplicando los escaños obtenidos en las anteriores elecciones andaluzas, y siendo la formación política que, porcentualmente, más ha crecido. En sus manos y en sus planteamientos ideológicos esta el futuro del próximo gobierno de Andalucía.
Tiempo tendremos para analizar los posibles pactos a los que deberían llegar las formaciones PSOE-IU y las consecuencias políticas que esos acuerdos puedan tener para unos y otros, especialmente para IU, en cuyas filas se encuentra coaligada la CUT de Gordillo, ya que el líder jornalero y alcalde de Marinaleda, ha manifestado en reiterados ocasiones, durante la campaña, que no está dispuesto, ni él ni su formación, a pactar con el PSOE. Habrá que estar atento a estas cuestiones y si IU pacta con el PSOE, cuál será la decisión que adopte la CUT, ya que sectores de la izquierda independentista andaluza las esperan como agua de Mayo.
Por otro lado, los resultados electorales que se han dado en nuestra tierra, nos permite observar como politólogos, tertulianos, columnistas y demás comparsas de la derecha españolitas, presentes en los medios de comunicación o desinformación, vuelven a la utilización del insulto y desprecio a los andaluces y andaluzas. Durante los meses previos a las elecciones y durante la campaña electoral, se mordieron la lengua, con el consiguiente peligro de envenenarse, pero aguantaron, evidentemente, ya no pueden callar más y vuelven a sus desprecios e insultos, no nos extraña, viviendo de donde y de quienes vienen.
En cuanto a los resultados obtenidos por el partido andalucista (PA), peores que los obtenidos hace cuatro años por la Coalición Andalucista, cuya fuerza mayoritaria era el propio PA, caben hacer varias valoraciones que permitan poder aclarar, en la medida de lo posible, su continuo retroceso, elecciones tras elecciones, que les sitúan al borde de precipicio, o lo que es peor, a borde de su disolución, pese a contar con más de 400 concejales repartidos por un buen puñado de pueblos andaluces.
Dos serian las causas fundamentales en la pérdida de votos del Partido Andalucista, por un lado, una Ley electoral que perjudica gravemente a las formaciones minoritarias, y el PA lo es, en estos momentos, la manipulación informativa que realizan los medios de comunicación, ignorando la existencia de toda formación que no sea alternativa real de gobierno. Para esos medios, alineados de una u otra forma, con las dos multinacionales de voto PP-PSOE, no existen otras opciones políticas, ignorando sus existencias, y por lo tanto hurtando a los ciudadanos la posibilidad de conocer otras alternativas.
Los medios de información públicos, los que pagamos todos los ciudadanos, amparándose en las medidas que adoptan las juntas electorales, aunque dicen que no están de acuerdo con dichas medidas, también participan de hurto a los ciudadanos, en tanto que no utilizan otros mecanismos para informar de otras opciones políticas, con lo cual la mayoría de los ciudadanos entiende que solo dos o tres partidos son los que concurren a las elecciones. A esta manipulacióninformativa, se tendría que añadir la falta de medios económicos, mal de todos los grupos minoritarios, pero especialmente para el PA, que es la cuarta fuerza política en número de concejales y la quinta en votos.
Por otra parte, y lo que realmente hace que el PA retroceda elecciones tras elecciones, es su indefinición ideológica. Ya no basta con llamarse andalucista. Ya no basta con enarbolar la bandera andaluza e incluso ya no basta con hablar, en abstracto, de Blas Infante. Esa bandera, esos argumentos, los han hecho suyos lo partidos centralistas. Pero además, el andalucismo representado en el PA, no tiene un discurso unificado.
Desde los que utilizan la palabra Nación a los que utilizan la expresión “región”, y los que utilizan la palabra “España”, como primer argumento, nos encontramos que cada cual tiene sus propios criterios sobre que significa el pensamiento infantiano. Han convertido su obra en una especie de “cajón de sastre”, al que acuden para justificar su pretendido “andalucismo”, aunque no solo los andalucistas lo utilizan. Es cierto que urge una ordenación de su obra, una relación detallada y cronológica de su trayectoria ideológica, siempre desde la perspectiva objetiva. Blas Infante fundamentaba la identidad nacional de Andalucía en aquella formación social autóctona que fue Al-Andalus. Para Blas Infante, “Andalucía es una nacionalidad porque una común necesidad invita a todos sus hijos a luchar juntos por su redención”.
El espacio social y político de derechas, centro izquierda o izquierda, para la mayoría de la sociedad, ya lo representan los partidos centralistas y cualquier otra organización que intente crearse un hueco en esas definiciones ideológicas, está condenada al fracaso. El PA sólo puede ser una alternativa creíble y aspirar a obtener la confianza de los ciudadanos andaluces cuando entiendan que su espacio ideológico es el nacionalismo andaluz. Ya no es tiempo de regionalismos, ya sean de derecha o de izquierda, las alternativas, económicas, culturales, sociales y políticas tienen que estas impregnadas de raíces andaluzas, tiene que estar llenas de Andalucía.
Quienes piensan que en Andalucía y los andaluces no necesitan un partido nacionalista, no saben de historia y de nuestra pervivencia como Pueblo. Los que se frotan las manos pensando que este nuevo descalabro significara el fin del PA, y que por tanto ya se podrá empezar a configurar el nuevo nacionalismo, también se equivocan. Pilar, Antonio Manuel y tantos otros hombres y mujeres que se ha dejado el alma en la hermosa tarea de sacar a flote al PA, debe hacer un profundo análisis de la realidad nacional de nuestro Pueblo y sin complejos ni miedos situar al PA en el lugar que solo puede tener un Partido Andaluz, el nacionalismo y el soberanismo.
Andalucía 27 de marzo de 2012
Antonio L. Calderón Díaz
Presidente de FORO ABEN HUMEYA