"..nuestros miarmas, ejemplo máximo del turismo veraniego, son sevillanitos que van perdonándonos la vida porque no pertenecemos a esa élite gloriosa.."
Hoy este humilde desarticulista quiere comenzar su diatriba veraniega pidiendo disculpas a nuestro queridísimo Ayuntamiento y sobre todo a su Delegación de Turismo ya que cada vez que hago alusión a nuestros vecinos ya sean colaterales o no alguien pone el grito en el cielo. Primero fue la replica establecida sobre la República independiente de Villaconejos, hace ya un par de años del incidente diplomático y ahora un señor al que tengo todo el respeto porque ha sabido mostrar su malestar con un artículo de réplica, que parece que iban a llamar a consultas al embajador de la República independiente de los Miarmas.
Que más podemos decir, la frase lo dice todo: “Ojú los Miarmas”, son como los políticos que nos desgobiernan, nos los encontramos hasta en la sopa, perdón ha sido un lapsus, la comparación es odiosa, a nuestros queridos miarmas les tenemos mucho cariño, a los políticos no sé, no sé, además que no se quejen tanto que ya los hemos abducido en las costumbres sanluqueñas ya que viendo el estado de nuestro pueblo volverán a Sevilla y la dejarán llena de churretes.
Todos conocemos ya la historia de la palabra miarma y sus orígenes, esas explicaciones se las podemos dejar a mi editor que es una especie de miarma un tanto descafeinado, es decir es un miarma a la malagueña. Yo sintiéndolo mucho me quedo con aquel comentario que decía que entre Sanlúcar, Chipiona y Rota existe un triángulo con mucha más guasa que el de las Bermudas donde van a parar todos los veranos una tropa sevillana de modales muy castizos y un lenguaje de cine de barrio. En Chipiona con la guasa que los caracterizan les denominan los Chipiplaya y los Chipichandal, en nuestra localidad como somos más finos los denominamos los de las tres P, es decir paseo, pipa y playa. No hago mención a Rota porque no tengo ni idea de cual es el apelativo cariñoso con el que los denominan por esos lares.
Ojú ya llegan los miarmas, esa es la canción del verano, ya están aquí los miarmas se escucha a todas horas, pero no nos llevemos a engaño, estas exclamaciones se oyen hasta en el mismo Sevilla y no precisamente de forma cariñosa. Quien no ha escuchado la frase “Quien no ha visto Sevilla no ha visto maravilla” y como replicaban algunos gaditanos. “Ni mierda en la rodilla”
Sanlúcar tiene la gran suerte de ser la segunda patria de los miarmas, nuestros miarmas, ejemplo máximo del turismo veraniego son sevillanitos que van perdonándonos la vida porque no pertenecemos a esa élite gloriosa, son graciosos profesionales, ejemplos máximos del sentir cofrade y en cuanto te des la vuelta te hacen ver que son los mejores feriantes, rocieros de pro y sobre todo perfectos conocedores de nuestra gastronomía ya que siempre son los descubridores de los mejores bares donde ponen un pescado frito bueno, bonito y barato, vamos lo mejor del mundo.
Nos visitan todo tipo de miarmas, eso sí, no nos confundamos, los tenemos abogados, miarmas abogados aparecen como setas, miarmas toreros, miarmas ganaderos, miarmas empresarios, hasta algún concejal miarma nos encontramos en nuestras playas.
Nuestros simpáticos miarmas nos visitan todos los veranos porque no tienen playa pero sí que tienen un río que también es nuestro, el Guadalquivir, pero los pobres tienen tan mala suerte que por allí navegan los barcos y además recoge más mierda que la que esconde nuestra localidad en sus calles. Otros de los atractivos que atraen a los miarmas es nuestra brisa marina ya que en su república desde primeros de mayo no hay quién aguante la caló, vamos que hace una caló del carajo como dirían.
Nuestros miarmas en Sanlúcar son objeto de admiración y mantienen una excelente relación con los oriundos de nuestro lugar, siempre que van a algún sitio son los más respetuosos, que más da si dejan la terraza como una cochiquera, para eso tenemos a nuestro Ayuntamiento, para que limpie y dé trabajo. Nuestros miarmas no se creen graciosos es que verdaderamente lo son, no veáis ustedes lo que yo me divierto cuando estoy tomándome una cerveza en mi terraza preferida y llegan sus trouppe de churumbeles dando por culo hasta que te la tiran, pero lo hacen con un arte que no veas.
El auténtico miarma suele tener un pisito en el paseo marítimo o en las nuevas zonas residencias de nuestra localidad y en el peor de los casos pues nada se paga 1500 euros por una quincena. El ver tanto miarma en mi vecindario es que me alegra el alma, nunca llegaré a explicarme ese sentido de la solidaridad ya que en un piso de 80 metros suele pernoctar unos 40 , me alegran sus conversaciones cuando uno está regando el patio ya que su salero no tiene limites, es que hasta me emociono al oír : “a ver si le pedimos al malaje ese de ahí abajo sus pases para la piscina ya que como el no la pisa”, es que no puede ser, es que son adorables y sobretodo cuando se ponen en el balcón pegando gritos hasta las cinco de la mañana, es que son como niños, que más da que uno se tenga que levantar a las siete de la mañana, ese es el castigo que me ha tocado por no ser un miarma y por supuesto que me lo tengo merecido.
Por último hay algo de lo que tendríamos que tomar ejemplo. Los miarmas no tienen una Telenina, ellos tienen Canal Sur y encima también con radio, una televisión que llega a toda Andalucía, a ver si aprendemos.
Ah y para finalizar y antes de que se me olvide: ¡Magallanes y el Cano eran miarmas, toma ya!
¡Ojú los miarmas!
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