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| Voluntad política |
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| 07 de Septiembre de 2015 | |||
 El parque Scouts necesita voluntad política
José Luis González García.-Estimado Sr. Alcalde: Dentro del rico acerbo cultural español y en la sabiduría popular reflejada en el refranero, me gustaría citar algunos dichos o refranes que de niño siempre escuche: “el que mucho duerme, poco aprende” y otro más: “quien mucho, duerme poco vive”.
Y dirá usted que a colación de qué viene esta retahíla de proverbios, que seguro que tendrían un marco más adecuado en un grupillo de ancianas arrebujadas en una candela en un día invernal.
Pues no señor. Me refiero a una decisión incongruente, fuera de lugar y de toda lógica. Gravemente atentatoria para los vecinos del entorno del Parque Scouts que llevamos todo el verano sin poder descansar. Debido a que en horas nocturnas este recinto, sin motivo que lo justifique permanece abierto, al albur de quien no tiene otro motivo que el del perturbar el sueño de los demás.
Como consecuencia de ello, el citado parque, se ha convertido en un lugar de concentración de jóvenes y talluditos que se dedican entre otros menesteres a jugar al futbol a las dos de la mañana, a hacer botellona o a gritar y pelearse con la consiguiente escandalera en horas intempestivas. Todo en la más absoluta impunidad, a pesar de las múltiples denuncias de los vecinos.
Y le voy a poner en situación, si me lo permite. Este parque sufrió una remodelación en su momento, que consistió entre otras cosas en replantado de césped, colocación de farolas y bancos y sobre todo el cierre perimetral con verja de hierro del mismo. Esa obra supuso para el erario público más de seiscientos mil euros. ¡Ojo al dato!.
Durante varios años ese parque ha sido cerrado por la Policía Local sobre las diez de la noche y abierto a las ocho de la mañana. Pues bien, lleva varios meses, prácticamente todo el verano, sin cerrarse. ¿Y qué ocurre?, pues simplemente lo que usted puede imaginarse. Que los vecinos que tenemos nuestras viviendas a escasos metros, tenemos la impresión de que un derecho fundamental como es el del descanso está siendo conculcado y pisoteado, por aquel o aquellos que precisamente tienen que velar para que no ocurra. Y esas personas tienen cargos con nombre y apellidos.
Mire usted, las leyes, las ordenanzas están ahí. Están por encima de usted y de mi humilde persona. Pero hay que tener voluntad política y personal de cumplirlas. Hay una ordenanza sobre animales de compañía en espacios públicos. Pues bien, los vecinos estamos hartos de exigir que se sancione a quien deja los perros sueltos (algunos de raza peligrosa) campar a su libre albedrío por el recinto.
Hay una ley sobre seguridad vial en la cual las motocicletas no pueden circular en espacios como el referido. Pues es habitual verlas circulando a toda velocidad por el parque, con el peligro que usted no obviará. ¿Cuántas sanciones ha habido al respecto?.
Todo esta inacción política, todo este pasotismo, toda esta desgana ante hechos consumados y probados ha traído como consecuencia, que los vecinos no podamos utilizar este espacio publico. Y la verdad es que ya estamos hartos. Ya que usted entenderá, que nuestra seguridad y la de nuestras familias esta en grave peligro.
Por todo ello y para terminar le pido, o mejor le exijo, como sanluqueño y sobre todo como contribuyente, que coja el toro por los cuernos, que salga de su despacho y justifique su sueldo y haga cumplir las leyes y las normativas establecidas. Cierre las puertas en horas nocturnas. Permita que los vecinos podamos descansar como creo que nos merecemos. Vigile las conductas atentatorias y disruptivas y si tiene que sancionar, pues sancione. No sólo a los vehículos mal aparcados hay que multarles.
Espero que mi insomnio y el de mi familia, que ya se está haciendo crónico, no lo pueda atribuir a un Alcalde que en su campaña dijo que iba a gobernar para la mayoría. No quiero creer que la mayoría a la que usted se refería, sean aquellos que se dedican en horas nocturnas y diurnas a hacer que un espacio publico de todos y para todos, lo hayan convertido en un recinto, donde la permisividad atentatoria hacia los demás sea su razón de ser y existir.
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