Nonainos
Daniel Lebrato.-Nonaino es un miarma que canta y un miarma es el nombre que en ciertas partes de Andalucía se da a la gente de Sevilla. Parece que mi arma, mi alma, ha llegado a gentilicio. En Tombuctú, los arma (unas diez mil familias) son en su mayoría de origen marroquí pero existen descendientes de los andalusíes de Yuder Pachá que siguen usando palabras castellanas y defienden su origen andaluz. Portan espadas rectas, adornan su pan con cortes en forma de cruz y blasonan sus casas con escudus espagnioles. El nonaino local es un miarma originario y prototipo de Sevilla que, esté en la fiesta que esté, siempre se arranca por las arenas y entre los pinos cantándole a su virgen del Rocío ¡No ni ná!
El nonaino, de hábitos gregarios junto al arsa y al ole, se caza de madrugada en urbanizaciones de temporada alta de julio a septiembre incluso con las ventanas de cristalit bien cerradas. Hasta aquí, lo que está escrito en Tinta de calamar y, ahora, un caso real.Este verano, no hemos tenido mucho mosquito en Sanlúcar, así que hemos podido dormir con las ventanas abiertas, que corriera el aire. ¿El aire? Invasión de nonainos. Debo aclarar que no existe la nonaina, viniendo como viene la palabra de noniná: el nonaino y la nonaino. El nonaino macho y hembra se divide en cantautor, solista o acompañado; propietario, alquilado, residente, invitado con derecho a pernocta o invitado hasta las tantas. El propietario en soledad suele ser el menos ruidoso porque algo conoce a la comunidad, pero en manada, cuando recibe visitas o cuando le entrega la llave del apartamento a alguien de Sevilla con Veréis qué bien vais a estar allí, entonces el canterío es de copa larga y de ventanas blindadas. Porque el grupo invitado antes que nada quiere expresar su agradecimiento al dueño o a sí mismos, si están pagando una pasta por un fin de semana, por lo bien que de verdad se lo está pasando, arsa, algo que debe demostrarse prolongando el jaleíllo y la algarabía hasta las dos o las tres de la madrugada. El nonaino a guitarra, si la guitarra es buena, todavía disimula un poco sus carencias, pero el nonaino a capela, con esos solos de entusiasmo y esas arias encendidas cuando los demás queremos echarle el cierre a la jornada nos pone de botón de pánico. Y dígales usted algo. La última rima con Rocío no es tío, río ni señorío; tampoco amorío, avío, frío, confío ni desafío. Lo adivinaron. Esaborío. Lo esaboríos que son ustedes, mi arma, nosotros aquí una guitarrita y un cante, ¿pasa algo, calvo? Y nos cantan aquello de los Hermanos Reyes: Que la Virgen me perdone, pero vete del Rocío.
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