Un refugiado, para los políticos de la derecha, ellos dicen centro derecha, es una cosa y un emigrante otra; aunque estos solo se diferencian en tener papeles.

Dijo el queipodellano al caso jefe de la benemérita, que como iban a tirar con bolas de goma, a pobres personas que se estaban ahogando en una playa, dicen los patrioteros, de nuestra nación, y que huían de sus países. Estas preguntas/ afirmaciones/puñaladas traperas, fueron contestadas con hemerotecas, investigaciones periodísticas, y la propia realidad de los que estuvieron. Si, habían disparado con bolas de gomas a indefensos, que trataban primero de ponerse a salvo en no ahogarse, y con la mirada y el pensamiento, más allá, en la tierra de sus padres, suyas, de sus hijos, que trataban de matarle con balas o con hambre, en una guerra civil, de aquellas que, en la tierra de los españoles, los nacionales, no quieren oír hablar en la memoria histórica colectiva, ni individual; aunque el yuyu me da que oyendo a un civil, con aires castrenses , ciego de patriotismo, negar la realidad y elogiar el “todo por la patria”, hay semillas que hibernan siglos, para cualquier día, por una gota de agua o de sudor mal caída, germine.

Pero no es el fin de estos garabatos de ideas, esta rememoranza.

Es evidente, que las fronteras no pueden estar abiertas de par en par, menos en un país, el de los españoles, con un 25% de paro, sin contar pensionistas, amas de casas, no censados, aburridos del Inem... etc, y con una carga impositiva superior a las de algunos países del entorno, además de una fuerte carga de corrupción, en renovación diaria, de la clase política, casi siempre los de siempre, los del poder perpetuo, los de la España,  de los españoles, que creen y en su genética lo llevan, que esta es suya incluido su contenido.

 

Me quiero referir al servilismo y pérdida de poder soberano de los españoles, de esta cosa llamada gobierno, pelele en manos de lamerkel, la troika, los BCE, etc, que al grito de machacad a los españoles, o si no, al wertiano, ratiano y a otros no le daremos una recompensa por su inutilidad. Ahora ya tienen que admitir un cupo de asilados ( antes ilegales), y llevarlo a un palco de futbol, e incluso el terrateniente de la aristocracia de los más grandes, acogerlos, y presumir de ello.

 

No sé por qué, quizás por los años de hambre de mi estómago y de mis neuronas, me aparecen las mismas figuras, cuando pienso en ello, de los pingüinos, de los trotecochineros, de los protectores de los derechos de los técnicos, de los trifásicos, de los funcionarios presencialistas, de los entintadores de papeles acondicionados y condicionados, de los políticos sin vergüenza y sin ética.

 

Todo ello a riesgo, de que alguien al que mi alusión, le haya dado de lleno, y se sienta terriblemente insultado, en vez de terriblemente azorado, me tache de populista, radical, extremista, o quizás cabrón. Bienvenidos sean estas muestras de cariño, si las hubiese.

Yo también os quiero.

 

Al sistema le interesa el racismo; si el obrero le echa la culpa a la emigración, se evita una revolución: es sencillo. Pablo Hasél.

 

Maestro Liendres