Dicho lo cual (editorial)
Daniel Lebrato.-Me temo que el día irá de elecciones en Cataluña. Lo único que se le ocurre a eLTeNDeDeRo es no añadir leña a hogueras que no la necesitan. El nacionalismo es tan irracional, que deja al pensamiento lúcido a los pies de los caballos de Pavía. Lo que sí parece importante, vamos a Rólex o vamos a setas, es, cuando hablemos, hablar del tema y sin salirnos de él. Y el asunto no es la corrupción ni los recortes sociales en Cataluña; tampoco Europa, España, esas fronteras políticas y naturales. Tomemos el caso de Portugal. La cartografía españolista, si se fijan, nunca representa, junto a España, Portugal. Parece que el océano Atlántico bañara las provincias de Extremadura y de Salamanca. Semejante ninguneo ilusorio (para ilusos) es el que quieren hacerle ahora a Cataluña o a España sin Cataluña. Pero, por mucho que manipulen, Portugal también existe.
Si en Cataluña prospera el nacionalismo de regiones ricas, quienes vivimos en regiones de renta más pobre tendremos siempre el mismo reto: ver la manera de hacernos tan ricos como esas regiones. Porque las cuentas son las cuentas, y ningún grupo humano (Cataluña lo es) tiene que hacer trasvases compensatorios ni haciendas rectificadas para favorecer a otras regiones que están por debajo y obligadas a buscarse la vida y, en todo caso, a hacer fuertes sus intereses y la defensa de sus intereses cuando los ricos vengan a visitarnos o cuando haya que tratar comercialmente con ellos. Es lo que se hace con Alemania y con el turismo alemán. Las cuentas de Andalucía (autonomía o federación o Estado independiente, que fuese Andalucía) serán siempre las mismas: el resultados de entradas y salidas, producto interior bruto con dos caras por persona: lo que cada cual ingresa y lo que cada cual aporta al fondo común, que irá al gasto público. Ese es el pasaporte de ciudadano del mundo en la Aldea Global: somos de donde pagamos nuestros impuestos. El tira y afloja entre dos burguesías que ni nos van ni nos vienen, la catalana y la madrileña, ¿qué más nos da? Dicho lo cual, el nacionalismo ha sido el tren de los vencedores, que tienen mentalidad de emancipación, frente a los perdedores, que tienen mentalidad de subvención, como es el caso de la Andalucía de los eres. Seguir mirando desde esa perspectiva subvencionada a Cataluña ofende, no a Cataluña, a Andalucía. Dicho lo cual, el independentismo es un café que se toma solo y lo toma la comunidad que se empeña y no descansa hasta conseguir su objetivo. Si la noticia de Cataluña es cansina, no digamos lo que llega de Madrid, de Moncloa y de Zarzuela. Dicho lo cual, eLTeNDeDeRo da su voto a que lo boten y lo voten quienes hoy lo necesitan. Largas luces a Cataluña.
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