Salvador Mora.-Después de Pessoa, todas las cartas de amor son ridículas, Salvador Mora Villadeamigo la clava con que todas las bodas de amor son obscenas. En respuesta a
Rey de bodas,Salvador dice:
Todas las bodas son obscenas. Todas. Las reales, las gitanas, las de Fígaro y las, entrecomilladas, normales. Obscenas.
Qué haces tú, novi@, diciéndome a mí que quieres mucho a tu pareja, que te vas a vivir con ella y que ni se me ocurra pensarla eróticamente porque tú llegaste antes y que para eso me convocas, para que lo sepa.
Por favor, no hacedlo por mí. Quereros, vivid toda la vida juntos, traed niños y más niños a éste sobrepoblado planeta, pero, por favor, no me lo contéis.
Sed indulgentes. Iros a un juzgado o Ayuntamiento con un par de amigos que os sirvan de testigos, firmad el contrato, tomaros si queréis unas cañas, y en paz.
No caigáis en la vulgaridad del fiestón con invitados disfrazados de guapos, que los familiares son muy dados a caer en el enfado por un no me gusta cómo me has mirado, tratado, diferenciado o con quién me has sentado.
Todas las bodas son obscenas. Objeto de consumo y modas. Todas innecesarias. El regalo, el qué ponerse para estar a la altura, el intento de originalidad para que no parezca lo que nunca van a dejar de ser: una boda más como todas las bodas. Hasta aquella en la que un invitado convirtió el agua de la fuente en vino bueno: una boda más. En la que un poeta administró su verbo para que los contrayentes se sintieran especiales, una boda más. Obscena, como todas ellas.