¿Votar o no votar?
Sergio Rodriguez Gomera.-.Ante las próximas elecciones, muchas personas se sentirán abrumadas o indecisas, acerca de si vota o no. Sé que es eso porque yo mismo me he visto en esa situación, pero desde hace ya mucho tiempo tomé una decisión, la abstención.
La abstención es presentada como un tabú o casi pecado. Se nos habla de votar como si tuviéramos una deuda eterna con los fallecidos en siglos pasados que lucharon por este derecho político. En efecto, me siento en deuda con esas personas que lucharon por él; pero bajo la siguiente reflexión: ¿Realmente honramos a esas personas yendo a votar cada cuatro años en un Régimen donde el votante solo puede aceptar las listas de los partidos; donde los partidos estatales dominan la política española?
Las personas que los partidos nos presentan serán, una vez votadas, amos, señores y dueños absolutos de España. Ellos legislarán, ejecutarán y juzgarán.
Legislarán porque los jefes de partido confeccionan las listas de los futuros diputados. Ejecutarán porque llegan al Gobierno. Y juzgarán porque eligen a la cabeza del Poder Judicial.
¿Por qué tendría que votar en un Régimen donde todo el poder se concentra en las manos de los partidos? ¿No es retomar el viejo absolutismo monárquico, ahora reformado en absolutismo de partidos?
Estos partidos pactarán tras las votaciones según su conveniencia. ¿Por qué voto al PSOE si luego puede que pacte con Podemos o Ciudadanos? Esto es reírse a la cara de los votantes.
¿Dónde está mi representante? Tendría que ser el diputado de mi distrito, uno más legislando en el Congreso. Sin embargo, a este diputado no lo elijo yo, sino el partido. Además, nunca podré pedir cuentas, porque no me pertenece a mí, pertenece al jefe de partido que lo ha puesto en su lista. Hay disciplina de partido, no mandato imperativo de mi distrito. Por lo tanto, si no estoy representado ¿Por qué tendría que votar?
En este Régimen, a lo único que puede aspirar el votante es escoger un candidato con una lista de partidos. Listas que pretenden representar partidos de dudosos principios e ideologías de quita y pon, encabezados con el lema socialdemócrata: “si no le gusta mis principios tengo otros”.
Yo pertenezco al Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC). Nosotros efectuamos la abstención activa. Primero por dignidad personal, porque es más digno el cordero que no puede elegir al carnicero que el que se decide por el menos malo. Con este objetivo de interés personal, aparece el bien para los demás. Ahí se encuentra el calificativo de activa. No nos quedamos en casa el día de las elecciones. Salimos a las calles y destapamos el fraude a las personas de nuestro entorno. Participamos en la obra más necesaria para España, construir la conciencia de la sociedad civil. Conseguir que la sociedad civil, la parte vital de la Nación, despierte de su letargo y tome las riendas de su futuro. Que cada ciudadano se haga la siguiente pregunta ¿Por qué estoy votando a los que tendrán todo el poder descontrolado para aplastarme con el Estado que yo financio?
Solo cuando se consiga animar esa conciencia llegará la Revolución política a España. Las calles se llenarán y las urnas se vaciarán. Fructificarán las asociaciones civiles contra el Régimen de la partidocracia. Los partidos, encontrándose solos se derrumbarán. Los periódicos que los sostienen cambiarán de bando. Las empresas que los financian, cerrarán el grifo.
Y cuando el Régimen llegue a su fin los españoles, concienciados de lo que son y de su fuerza, abrirán ese período de Libertad Constituyente que los padrinos de la constitución nos negaron. Pero esta parte necesita una explicación más profunda que no puede abarcar este artículo.
Por tanto antes de ir a votar reflexione si realmente, cree que su voto puede cambiar algo, si su voto puede honrar a los que lucharon por alcanzar este derecho político, o si por el contrario su voto simplemente permite mantener en el poder y en el tiempo la vieja corrupción y la nueva que está a punto de entrar.