Intelectuales de editorial barata
José Antonio Córdoba.Seguimos asistiendo en esta villa señorial, que fuera, es y será esa Gran Puerta de las Américas. Una realidad que seguirá vigente después de muertos los que ahora vivimos.
Acabo de leer un comentario en Facebook de una buena amiga y profesional en esto de nuestra HISTORIA. Que esos comentarios lo haga yo, joder, está hasta bien, pero que alguien de su valía se vea en la indignación de tener que hacerlo, es cuanto menos preocupante, aunque nada fuera de lo habitual.
En Sanlúcar como en otros lares, los incultos tenemos o disfrutamos de las maestrías de aquellos que en su tiempo muerto se apoderan de lugares o entidades que convierten a su menester en grandes corralitos, esos patios traseros que no tienen en casa y que nos restriegan a los demás, en los hocicos. No salten su Señorías Licenciadas de sus butacones, pues como dice el rótulo de la que es mi casa desde hace ya unos pocos años: “Ni somos todos los que estamos, ni estamos todos los que somos” Aquí, se sientan encolerizados con estas letras quienes vieránse reflejados en ellas.
Uno que tiene menos estudios que el plan de sostenibilidad de la depuradora, se sorprendía al principio cuando te encontrabas con est@s individu@s, que les avala alguna etiqueta de chocolate de untar a modo de titulación académica de no sé qué Universidad de los Pin y Pon. Que lo sé, que no es fallo de la Universidad, es del individuo o individua que por ser, ya se cree gran filósofo en esto de la vida, de dar lecciones morales, o como el caso de ésta que a mi amiga sacó de las casillas, de intelectuales de alta alcurnia. El comentario de mi amiga y maestra en las lindes de la cultura dice tal que así: «Me encanta que la gente tenga ese concepto de "parados que estarían deseando ganarse unas perrillas como voluntarios enseñando monumentos". Me encanta además que esas palabras textuales vengan de una maestra que "suele visitar sitios con voluntarios y que es vergonzoso que Sanlúcar no tenga una lista con universitarios, jubilados, o todos los parados que hay en Sanlúcar que no haya un voluntario que nos enseñe los monumentos por 20 eurillos..." Esto ha sido hoy, hace una hora. Y sí, estoy de "vacaciones" pero claro, tampoco tengo derecho. "NO" ES "NO". PUNTO. UNO NO SIEMPRE TIENE LO QUE QUIERE. Y NO SE CUELGA EL TELÉFONO DEJANDO A LA OTRA PERSONA CON LA PALABRA EN LA BOCA SEÑORA MAESTRA DE LOS HUEVOS. AHÍ, FOMENTANDO CULTURA CON "VOLUNTARIOS". VAMOS A METERLOS EN LAS AULAS, A VER QUÉ COÑO PASA. QUE ME TENÉIS HASTA LOS COJONES YA.»
Aunque no hace falta irte a Sevilla, para encontrarte elementos así. Hace poco asistía, con vergüenza ajena al espectáculo de como una docente, política, bueno ex docente, ex política, profería críticas salomónicas a la lámina que el Ayto., ha promocionado sobre el 1518, y donde el castillo de Santiago aparece esplendoroso. Bueno pues esta señora, cumulo de cultura envasada en una lata de pintura roja, afirmaba ante los presentes que el dibujante de la citada lámina había cometido un fallo garrafal al dibujar la Torre del Homenaje del citado castillo, con cuatro lados. Aunque no es el primer desliz de tan intelectual docente, uno se tomó interés en confirmar su severa afirmación. Nada en libros que confirmara un posible error del dibujante, pero llegamos a la lámina y mira por donde, uno que tiene menos estudios que el Plan ese de la depuradora local, aprecia que la perspectiva del dibujante lo obliga a que una de las aristas de la Torre del Homenaje casi se solape con la inmediatamente contigua del Aula Mayor, dejando apenas dos o tres milímetros de separación entre ambos trazos.
Por eso, cuando leo comentarios de indignación como el arriba citado por mi amiga, hasta me resultan simpáticos, por la indignación que puede llegar a causar en personas como es ella, profesional y en continua formación. Y es que quizás, uno se vaya curando de tanto espanto y haya entendido tiempo atrás, que un titulo colgado en la pared no te hace merecedor de ser un buen profesional, de tener humildad, y sobre todo, de ser un@ Seneca en todas las lindes de la vida. Pero seguimos asistiendo a la proliferación de peudosenecas, en esto de la Cultura y la Historia local o nacional.
A mi amiga, solo me resta decirle: “paciencia mi Señora” “AU, AU, AU”
P.D.: De los parados no hablo, que eso no interesa a nadie.
