Domingo, Feria de la Manzanilla en esta ribera del Guadalquivir. Semana la que está por acabar en la que se han olvidado todos los problemas, donde ya no nos acordamos entre acordes de sevillanas, macetas y copas de buen caldo, de temas como el del mercado de Abastos.
Si, el mercado de abastos o los placeros, hemos oído, visto y leído estas últimas semanas como se han manifestado, llorado y demás teatralidades varias por su puesto de trabajo, alegando la falta de sustento para sus familias, deficiencias en las reformadas instalaciones y demás. Aún me acuerdo cuando yo me quedé sin trabajo sin poder mantener a mi familia, y ahora que caigo, ninguno de ellos vinieron a ofrecerme una ayuda o mísero interés. ¡Lo sé!, dirán que creo la versión del Ayuntamiento, y puede ser que sí, en tanto, que me huelo intereses políticos en las actuaciones propagandísticas de los placeros.
Me dirán, que soy un hijo de la grandísima por hablar de esto aquí, y es cierto, lo soy y seré. Pero, si yo lo soy, ¿qué calificativo se merecen ustedes que durante 4 años, no han tenido un mísero detalle con los comerciantes de la Trascuesta? ¿Qué calificativo se merecen ustedes, que pagan un irrisorio precio por un local municipal, frente al costosísimo alquiler o hipoteca que pagan los comerciantes de la Trascueta? ¿Qué calificativo habría de adjudicárseles señores plazeros, mientras ustedes engordaban sus carteras en la Calzada, y los de la Trascuesta cerraban o se jartaban de polvo, ruidos e incomodidades de las obras del Mercado de Abastos? Y encima tienen esa desfachatez de la que hacen gala, para pedir a estos comerciantes que se unan a sus quejas. Creo que el calificativo o la variedad de ellos están ahora mismo en la mente de todos.
Vuelven las ya pestilentes críticas sobre el emplazamiento tercermundista del actual recinto ferial. Este año, nos hemos modernizados como las aplicaciones de los móviles, y ya nos atrevemos a echar cojones al tema, ahí están esos vecinos en la clandestinidad y con alevosía realizando pintadas en los módulos de los servicios, de los toldos de las casetas. ¡Bravo!, así es como se da a entender a un Ayuntamiento que no se desea la Feria en su ubicación actual. Pasará la feria, y como las golondrinas, con la llegada del otoño, emigrará de la mente de estos vecinos afectados el impulso de criticar, o mejor dicho, que sería lo suyo, de luchar para que en 2019 la feria no se plantara en el mismo sitio una vez más. Pero claro, eso ya es mucha ocupación y la comodidad del sofá es la que es…
Por cierto, a los de la Memoria Histórica, a ver si presentáis una moción al Pleno municipal para que desactiven la Alerta Antiterrorista nivel 4, que ya la activaran Isabel y Fernando en la toma de Graná.
Con mercado de abasto en la calzada y otro a medio montar. Con alerta Antiterrorista nivel 4. Con el caldo de esta tierra en la copa, disfruten de la Feria de la Manzanilla, que lo mismo después se acaba el Mundo.
Aunque lo mejor de la semana, ha sido Mariano Rajoy, que no sabiendo como poder librar para venir a nuestra Feria, el viernes soportó la moción y por la tarde ya estaba entrando a la patita coja por la portá del Real. Eso sí que es arte.
